Novela

El librero de Kabul

Äsne Seierstad

15 enero, 2004 01:00

Trad. Sara Hoyrup y Marcelo Covián. Maeva. Barcelona, 2003. 269 pags, 19 euros

El original de la escritora noruega Äsne Seierstad llevaba añadido en el título, junto a El librero de Kabul, las palabras Un drama familiar. Y aunque nadie parezca estar para demasiados dramas a la hora de leer un libro, y se ha optado por presentarlo en España como la historia romántica de un librero afgano, lo cierto es que se trata de una versión bastante dura del drama de la estupidez humana. No sería justo por tanto no advertir de la confusión que comporta el recorte del título en la edición española. Más próximo a la crónica periodística que a la novela, escrito como la sucesión de escenas en la vida de una serie de personas de la familia Khan, la obra pretende retratar desde el mayor número posible de ángulos distintos la realidad del doliente pueblo afgano. La historia, la geografía, las costumbres y usos sociales, la situación política antes y después del régimen talibán, pero sobre todo la asfixia de una vida individual y familiar regida por los códigos más vejatorios que quepa imaginar conforman los hilos de un relato que entra de lleno en el concepto de intrahistoria.

Sultán Khan ha luchado contra viento y marea para mantener su oficio de librero. Gracias a su pericia y a una ambición nada corriente ha podido sostener económicamente a su extensa familia: una madre viuda, sus hermanas y hermanos, sus dos mujeres y los hijos que tuvo con Sharifa, la primera de ellas. El amor por los libros y el conocimiento en general no le impiden ejercer la peor tiranía a escala familiar. Niega la posibilidad de estudiar a sus hijos, a los que saca prematuramente de la escuela y esclaviza en aras del negocio, despliega contra todos una crueldad insoportable y trata a las mujeres de su familia con un inveterado machismo. Todos le temen pero, atrapados por unas estructuras injustas, se debaten en la alternativa de odiarle en silencio o alejarse de él y de la seguridad que a pesar de todo representa.