El mascador de papel
Liz Jensen
5 febrero, 2004 01:00Dos extraños personajes comparten la narración de la novela. Perfectos antihéroes en una absurda utopía cuadrada y que no admite diferencias. Harvey Kidd, "un producto defectuoso de la sociedad", aparece encarcelado en la prisión flotante por dirigir de forma fraudulenta desde su ordenador las cuentas de su familia Hogg. Con el dinero electrónico se enriquece y vive una vida alucinante de historias inventadas alrededor de una familial, que pronto descubriremos ser producto de su imaginación. Su arresto, le pone en contacto con Hannah Park, una joven convencida por su madre de que sufre una terrible enfermedad llamada "Grabbe", que la impide relacionarse con la gente.
El encuentro de estos dos infelices dará lugar en la novela a momentos de gran importancia. Asimismo, se descubrirá la importancia del amor, de la amistad, de los sentimientos humanos, en un microuniverso rodeado de un mar bravo e infranqueable, por sus habitantes, llenos de codicia y satisfechos con un sistema que les ofrece las mejores oportunidades económicas. A través de un desenlace, tan imprevisible como divertido, los dos rechazados por el resto del planeta, conseguirán salvar la isla de Atlántica y convertirse en verdaderos héroes.
Con grandísimo talento, Jensen lanza en su novela futurista una advertencia ante el mundo estrecho que nos espera, sin perspectivas ni horizontes. Y nos recuerda que nuestro tesoro es: "un diminuto faro de débil llama en el mar embravecido". Que nadie permita que se apague.