Image: Regreso del invierno

Image: Regreso del invierno

Novela

Regreso del invierno

José Luis Villacañas

11 marzo, 2004 01:00

Vicent Bosch

Algar. Alcira, 2003. 280 páginas, 22 euros

ésta es la segunda novela que publica el filósofo José Luis Villacañas (úbeda, 1955). En la primera, Cosecha helada (1995), desarrollaba una historia representativa de su generación implicada en las transformaciones de la sociedad en su evolución del mundo rural a la ciudad.

Con esta segunda entrega narrativa Villacañas se adentra en los problemas de la vida urbana de nuestro tiempo en la que confluyen experiencias de amor y soledad de unas criaturas extraviadas en la gran ciudad con asuntos de drogas, corrupción policial y financiera, engaños y asesinatos.

Regreso al invierno es una buena novela. En su complejo discurso se aúnan acontecimientos de novela negra con los materiales característicos del género y unas experiencias de frustración existencial por fracaso en el amor. Se desarrollan, pues, dos historias perfectamente imbricadas en la estructura de una novela coral. La más íntima tiene su origen en la soledad del protagonista, un profesor universitario abandonado por su mujer y sus hijos. La otra historia surge del tráfico de drogas en Valencia. En ella queda atrapado el protagonista con una parte de cocaína desviada por la policía hacia una organización local.

El mayor acierto de la novela está en la naturalidad con que su complejo artificio narrativo pasa de la narración en primera persona a diluirse en la tercera para operar como un narrador omnisciente que puede atender simultáneamente a las múltiples caras de la historia. El resultado es una novela polifónica cuyo texto exhibe pertinentes manifestaciones de su carácter coral, como éstas del "Epílogo": "Pues todas nuestras voces andan confundidas en estas páginas" (pág. 276). Por eso se ceden con frecuencia la visión y la voz a los personajes importantes por medio del estilo indirecto libre y del monólogo interior, que puede llegar a formalizarse en la segunda persona autorreflexiva. El resultado es un texto muy elaborado que combina suspensión de la intriga y la planificación de sus ajustes de cuentas con la introspección en el fracaso sentimental del protagonista. Y en ambos aspectos, dicha tensión se acrecienta por el empleo de una sintaxis entrecortada como vehículo para reforzar estilísticamente la agitación nerviosa de los personajes afectados.