Novela

Vida secreta

Pascal Quignard

14 julio, 2005 02:00

Trad. E. Castejón. Espasa. 286 pp, 19’90 euros

La voz de Pascal Quignard (Francia, 1948) es como un murmullo. Un lenguaje que resuena como un eco, dentro de nosotros mismos. Vida Secreta plantea una reflexión sobre el amor, a base de los pensamientos hilados del narrador, en busca de su ser primitivo. No es ni una novela, ni un poema, ni un tratado filosófico. Y, a la vez, Vida secreta es todo eso. Libro de pensamientos que llevan un mismo sentido, el de Némie Satler, una prodigiosa pianista que el narrador amó de forma absoluta y apasionada y que un día, muchos años más tarde, a punto de zambullirse en el Mediterráneo, el narrador, por fin, entiende. Descubre el amor. Su significado. Su residencia. Su silencio. Un amor que duró tres meses y seis días,. Pero como si su duración fuera eterna, su existencia respondía a las voces de otros tiempos, en los que el amor era carnal, un estremecimiento de los sentidos, sin palabras. Según Quignard, sin el lenguaje, los amantes reconocen mejor la sinceridad de cada uno y sienten la presencia de sus cuerpos cercanos. No hay espacio para la mentira. La piel deja de ser una barrera y los sentidos se entremezclan. Por eso la música les permite hallar el camino de ese espacio secreto en donde se esconde el sentido real de la vida.

El narrador no cuenta una historia, sino su pensamiento. Escritor de una cultura prodigiosa, Pascal Quignard sacraliza al amor como esencia absoluta del ser humano, capaz de depurarlo de toda superficialidad y aliviarlo de los apegos sociales. Su reflexión inquietante, difícil y a la vez fascinante, nos enseña que el amor, como Dios, es eternamente silencioso.