Eva desnuda
Julia Montejo
12 enero, 2006 01:00Una reflexión pende sobre esta historia: ¿acaso esta literatura que ahora abunda, escrita por mujeres y que parece buscar la complicidad más de las lectoras que de los lectores, no está hasta cierto punto reinventando a la heroína literaria? Porque heroínas las ha habido desde que se cuentan historias, pero acaso lo nuevo sea la mirada que sobre ellas lanzan las autoras, tan sabedoras de para quién escriben como orgullosas de hacerlo, y que está en la clave de la autenticidad de las protagonistas. Verosímiles al máximo son los dos personajes femeninos de esta historia: chicas fuertes, luchadoras, que se enfrentan al mundo y defienden con uñas y garras a los suyos. Sus relaciones son también su talón de Aquiles. Los personajes masculinos son meros secundarios. Adán, el joven enfrentado al novio corruptor de menores de su madre; Tony, el corruptor; Manolo, el policía buenazo que al fin habrá de ser crucial o Ramón, sin duda el personaje más oscuro. El abanico masculino va de la bisoñez a la maldad sin salir del estereotipo. Ellas, aunque hechas con el mismo molde, son más complejas, el tipo de personaje con el que gran número de lectoras gustarán de identificarse. Se trata de hablar de la vida, observar sus dificultades y extraer una reflexión más o menos profunda.