Novela

La ciudad de los herejes

Federico Andahazi

23 febrero, 2006 01:00

Planeta, 2006. 299 páginas, 20 euros

Federico Andahazi (Buenos Aires, 1963), publicó en 1997 la novela El anatomista, que se convirtió en un bestseller, traducido a treinta idiomas y difundida en 40 países. La ciudad de los herejes ofrece todas las características que se le atribuyen a esta clase de literatura.

De hecho, podría comenzar con los datos que se ofrecen en sus últimas páginas, cuando el Vaticano autorizó, en 1988, las pruebas del carbono 14 para fechar la autenticidad de la Sábana Santa, por tres laboratorios internacionales bajo la supervisión del Museo Británico. Se llegó, entonces, a la conclusión de que la tela podía situarse entre 1260 y 1390, aunque sigue exhibiéndose en Turín. Existen, pues, hechos reales y el narrador nos traslada hacia mil trescientos cuarenta y tantos, en Troyes, para los imaginarios. Se ha servido de materiales que parecen atraer hoy a lectores hambrientos de medioevo, ambientes monásticos corrompidos, pequeños grupúsculos que defienden sociedades igualitarias como la que se describe en la llamada Villaviciosa de Asturias, y hasta un tratado epistolar sensualista que escribirá la heroína, Christine, ejemplo de joven erudita, cuando cuenta -otro milagro no señalado- poco más de trece años y entra en contacto y amor carnal con Aurelio, cuyo parecido con el aspecto que se atribuye a Cristo ha de costarle la vida.

La narración se desarrolla en varios ambientes: el de los conventos, donde residen ya Aurelio y Christine. En el primero se practica la violación infantil y el masoquismo. En Saint-Martin-es-Aires, donde reside ella, se describen las falsas posesiones demoníacas, los éxtasis y hasta se ve obligada a practicar el lesbianismo con la abadesa para salvar sus textos. Unos textos que convencieron a su amante y a un grupo de novicias y frailes con los que forman una comuna regida por el amor, aunque tuvieran que elaborar sidra en lugar de vino. El otro plano argumental narra las peripecias del malvado Geoffroy de Charny, padre de la joven, a la que acabará ejecutando. Sexo, violencia y falsificaciones religiosas son los ejes de una novela que sólo puede interesar a los muy adictos.