Novela

De un mal golpe

Félix Bayón

30 marzo, 2006 02:00

Félix Bayón

Destino. Barcelona, 2006. 160 páginas, 14 euros

Con esta obra Félix Bayón (Cádiz, 1952) parece haber encontrado un territorio fértil en Marbella para situar sus incursiones por la novela policíaca, con rasgos de la novela negra, en su pretensión de dar cuenta de las transformaciones sociales allí operadas.

Marbella ofrece los ingredientes novelescos para este tipo de relatos de género, desde los negocios inmobiliarios de blanqueo del narcotráfico y de la prostitución hasta los intermediarios locales que las mafias tienen allí para llevar a cabo los sobornos destinados a corromper a políticos, funcionarios, policías y cargos de la Justicia. De ello trata esta novela de lectura fácil y rápida, que podrá contar con muchos lectores sin más pretensiones que la de llenar unas horas de entretenimiento.

La narración no se detiene a mostrar y analizar los cambios produci-dos en la sociedad marbellí, ni en los sectores encumbrados por el dinero rápido ni en los bajos fondos alejados de la fachada turística de la ciudad. Antes bien, se limita a contarlo en escuetos resúmenes narrativos que agilizan el relato en su eje principal, con algunos desvíos hacia otras líneas secundarias bastante convencionales y con escasa presencia de los acentos sociales de la novela negra. Aquí prima lo policíaco en la investigación de las relaciones entre un funcionario municipal destacado por su integridad, una joven abogada que lo saca de su vida rutinaria y el intermediario de la mafia rusa en las operaciones urbanísticas de la ciudad. El honrado Celestino tiene miedo a ser víctima de un chantaje sexual, Carmen ha desaparecido y el temible Macías aparece muerto. De la investigación se ocupa Luis León, periodista retirado que se gana la vida como detective investigador de adulterios. Por amistad con el subcomisario de policía se encarga de la investigación solicitada por Celestino. Y su anterior profesión de periodista le sirve para entrar en contacto con algunos personajes curiosos de la ciudad, como el viejo abogado sabelotodo Marismillas o un dentista alemán de pasado fabuloso, que lo orientarán en la investigación de los hechos, además de las singulares aficiones y destrezas de la esposa del subcomisario.

La historia novelada transcurre en unos días otoñales de nuestro siglo XXI, con amplias elipsis temporales y prolongación hasta cerca del verano siguiente y con algunas retrospecciones en que se recrean aspec-tos de la vida pasada de Luis León. En grandes trazos se informa del paso de la Marbella de los petrodólares en los años 70 a la invasión de las mafias y su poder corruptor de políticos, policías, jueces y fiscales, que prefieren mirar para otro lado y explicar cualquier crimen como obra de asesinos venidos de fuera, lo cual exime de más ingratas investigaciones. Marbella es así la ciudad de la impostura y la corrupción generalizadas, donde todo está comprado por el dinero sucio de sociedades fraudulentas con sede en paraísos fiscales y con poder suficiente para que los papeles de cualquier investigación acaben "en los sótanos en los que se pierde la Justicia".