Novela

El síndrome Chéjov

Miguel Ángel Muñoz

18 mayo, 2006 02:00

Páginas de Espuma, 2006. 162 páginas, 13 euros

Dice Amélie Nothomb en su última novela que la lectura es "el lugar privilegiado de la admiración". Sin duda, Miguel ángel Muñoz (Almería, 1970) debe de compartir con la autora francesa el sentido de esta frase, a la luz de su primer libro de cuentos. Muñoz, un autor con muchos años de escritura, lectura y admiración a sus espaldas, por primera vez publica un volumen con su narrativa breve: once relatos y un preámbulo en el que el autor se confiesa afecto al cuento y repasa algunos de los tópicos del género en las que, tal vez, son las únicas páginas prescindibles del volumen.

Los cuentos, una vez se entra en harina, se nutren a partes iguales de la emoción y la admiración que su autor siente hacia algunos progenitores literarios: Chéjov, a quien se dedica el relato más extenso y uno de los mejor ambientados del conjunto, parecía inevitable pero por ahí andan también Woody Allen, Carver o Homer Simpson. Las admiraciones de Muñoz son heterogéneas y se amasan con el segundo ingrediente que predomina, la emoción. Apela su autor a la sensibilidad de su receptor cuando escribe relatos en que los personajes ven pasar la vida frente a sus ojos coincidiendo con su último viaje. O cuando nos presenta el desengaño del perdedor que, en el primer cuento, se ve obligado a alejarse de su mujer por imperativo de los vigilantes de seguridad de unos almacenes. Ambas peripecias corresponden a dos de los mejores relatos de la colección: "Ambulancias" y "Soy dueño de la lluvia". Su lectura merece el esfuerzo de acercarse a un desconocido.