Hotel Tierra
Sabino Méndez
7 septiembre, 2006 02:00Méndez da en este libro un largo paseo por el pasado
"Un libro triste y verdadero". Si lo recuerdan, esa fue la frase con la que Borges sustantivó la experiencia de leer Bartleby el escribiente, así que con su permiso y en su nombre la usaremos para calificar este otro, Hotel Tierra, aunque sólo les aproxime el eco de ideas esenciales, de paradojas cotidianas e ironías universales. De lo que siempre habla, cuando calla, la literatura. Es probable que el nombre de Sabino Méndez suene a quienes le descubrieron con admiración en El día que murió M. M. (1997) y más tarde en Corre, rocker (2000), y a pocos más, aunque mucho antes contribuyera al éxito del grupo de rock Loquillo y los Trogloditas desde su doble condición de músico y letrista. Sus escritos, los anteriores y los que conforman este nuevo volumen, perfilan su biografía: insisten en que el ritmo del rock ha marcado su vida, su sensibilidad y su escritura. En que era un joven inquieto, razonablemente escéptico, vulnerable al éxito y a todos los excesos cometidos en la década de los 80 en nombre de una recién estrenada libertad que todos homenajeaban. Quienes se acerquen a él comprobarán que no es un autor de circunstancias, ni es circunstancial que escriba para contar el proceso que conduce a la necesidad de la escritura, algo que otros han expresado con anterioridad, nombres fundamentales de la literatura universal que no duda en nombrar y reconocer.De todo esto habla en Hotel Tierra, que no es el título de una canción, ni una fábula, ni hace uso de ninguna clase de ficción para ofrecerse a sus lectores: únicamente utiliza la fórmula del dietario o diario o como quiera que designemos a esta clase de escritos que atraviesan el tiempo de un escritor recogiendo sus observaciones y anotando sus vivencias. Y un único recurso técnico: la primera persona, justificada en la necesidad de un interlocutor que hable "al oído" porque "la vida en este pedrusco llamado
tierra es injusta, abusiva, desigual"…y quienes lo habitan, los humanos, se pasan la vida buscando "atención" y "consuelo" … Es un libro testigo de sí mismo, nada más; empeñado en recrear lo vivido y lo observado -siempre fiel a Plá- a lo largo de muchos años y muchas vivencias, desde la voluntad inicial de servirse del consuelo de escribir hasta la consecución de un estilo intenso y propio, nada menos.
Su estructura corresponde a la de un largo paseo por el pasado con paradas en cinco tiempos que se corresponden con los cinco lugares que han determinado su estancia en este "Hotel" llamado "Tierra": la música, la fama, la escritura, el campo y la política, desde 1981 hasta 2005. Un interesante manifiesto a favor de la vida, en contra de los excesos, de los artificios de la fama, testimonio excepcional para quienes no han conocido aquellos tiempos y son presa de mitos evanescentes, del clamor del éxito y sus dañinos espejismos. De turbulencias que acaban en daños irreparables. Pero por encima del interés que puede suscitar el libro como testimonio de un proceso social y cultural está el papel determinante de ambos en el proceso de construcción y
desarrollo de un personaje: ese individuo lúcido y especulativo que rechaza "banderas y etiquetas", que con su presencia contumaz logra, a partir del "cuarto paseo", enriquecer su escritura desprendiéndose de excesos verbales y quedándose con lo esencial, vitalidad, sencillez expresiva, aliento poético. En suma los secretos de la escritura… La suya se nutre del "material de derribo de su vida" y del afán por seguir buscando en ella "un lugar tranquilo donde pasar la noche".