Novela

Atrapada en el limbo

de Silvia Grijalba

7 diciembre, 2006 01:00

Silvia Grijalba. Foto: Julio Palomar

Plaza & Janés. 2006. 240 páginas, 15 euros

Dos frases breves, Alivio rápido y Atrapada en el limbo, sin más complementos ni aditamentos, resumen, hasta la fecha, el repertorio narrativo de la periodista Silvia Grijalba; dos títulos representativos de su fuerte expresivo: el aire de comedia ligera, no exenta de mordacidad crítica y acidez, que encuentra rápida respuesta en un amplio lectorado, ávido de historias actuales, de secuencias urbanas dinámicas, rocambolescas y divertidas, con las que distraer la rutina cotidiana. En los dos reina el objetivo de apuntar, con agudeza y sin compasión, hacia una diana que refleja, con intencionada distorsión, la realidad señalada. En esta ocasión apunta a la sofisticada manera de burlar el sinsentido de la frenética actividad urbana dirigiendo su objetivo hacia el contrasentido de buscar remedio acudiendo a centros de reposo en el escenario rural. Algo así como sustituir el infierno diario por un limbo ocasional al que trasladamos los vicios férreamente adiestrados en la vida cotidiana.¡ Ingeniosa la idea!
Así lo ve Nuria, la protagonista, una mujer de 35 años, periodista, casada, embarazada de 3 meses (éste es el orden por ella asignado a las tres funciones) y dispuesta a tomarse un largo descanso después de 15 años de entrega incondicional a una reconocida revista de actualidad. Nuria representa el estereotipo de mujer activa que ha vivido la vida según ésta le ha ido saliendo al paso. Ahora decide apuntarse a la fórmula de la "baja incentivada" y acudir a un centro que regentan su madre y la pareja de ésta. Son varias las excusas que le llevan a ese lugar llamado "Renacer", entre otras la de disfrutar del poco tiempo que le queda de "ser" para ella misma, pero en absoluto el convencimiento de que en ese "limbo" está la solución a indecisiones siempre postergadas. Es más, al mes de estar allí y de asistir a un enredo con asesinato incluido, lo único que siente es que ese lugar le pone "el karma del revés". Ni rastro de la calma que buscaba disfrutar en los últimos meses "de ser ella misma". Eso sí: la pausa le obligará a un punto y aparte en su vida, y a afrontar, por primera vez, una sucesión de puntos suspensivos… que pondrán punto y final a tanta inercia. La idea, decíamos, está impregnada de ingenio.