Novela

Carta de ajuste

Pascual García Arano

4 enero, 2007 01:00

Inéditor. Madrid, 2006. 145 páginas, 16’75 euros

"Algunas cosas [de las que se han vivido en la vida] se vuelven a ver a mil revoluciones. […] Es el repaso final, […] después de escrita la carta de ajuste con uno mismo y con los demás". Esta es la metáfora -algo forzada, pero eficaz-, puesta en boca de un suicida, de la que parten todas las historias que conforman esta primera novela del periodista Pascual García Arano (Pamplona, 1963). Una novela que podría haber sido también un libro de relatos, puesto que se presenta como un mosaico de personajes dispares unidos por el escenario común del Bar Tolomé, un local de medio pelo donde todo parece tener cabida, excepto las ilusiones.

La fauna que puebla ese terreno imaginario, que el autor sitúa -otra metáfora- en lo alto de una calle empinada, comparte una misma característica: la de perdedores de todas las batallas. Más allá de eso, hay de todo: parejas de lesbianas a las que han unido las calamidades de la vida mucho más que el amor y que sólo hallan algún consuelo en el sexo; policías honrados de casi cien kilos que nunca entran en el bar sin su arma de reglamento; diplomáticos alcohólicos desde que sorprendieron a su esposa con otro en la cama o prostitutas que toman un pincho de tortilla con martini antes de comenzar la jornada. Y, por supuesto, siendo éste el libro de un periodista, no puede faltar la mirada de quien cuenta todos los casos, incluido el propio (que es, por cierto, el más desolador). Tristán Alegría, el periodista, no puede evitar añadir unas gotas de su veneno personal a la crónica de ambiente.
El resultado es un libro desolador, que presenta con enorme realismo la gris sociedad de la desesperanza. De algún modo, parece advertirnos: cuidado, el Tolomé está al final de cada cuesta. Se puede entrar o pasar de largo.