Muerte de un murciano en La Habana
Teresa Dovalpage
11 enero, 2007 01:00Con este nuevo título, Muerte de un murciano en La Habana, reafirma Dovelpage una indiscutible personalidad. Pero vayamos al grano "para no hacer el cuento muy largo". La idea es rodear de sarcasmo una representación coral de la realidad habanera, de su "eterno verano" y de ese carnaval que sólo existe para el turista ocasional; y se ofrece estructurada en cuatro actos, organizados, a su vez, en cuadros donde diferentes voces se ceden la palabra, como prestando declaración. El barrio de referencia es Cabo Hueso. Ahí "la gente habla por hablar y embarra hasta a María Santísima", lo que da pie a un colorista retrato de situaciones y personajes pintorescos y al testimonio retrospectivo del suceso. Pero sobre ellas destacan dos voces protagonistas: Teófilo" -con el sobrenombre de Mercedes, santera y loca reconocida- y una joven, Maricari, que reside en ese barrio de "prometeos caribeños" donde se prodigan los embates de la mala fortuna. A pesar de eso ella siempre se ha resistido a ser jinetera, y a pesar, también, de los deseos de su madre, la "mandonísima"; pero una fatalidad le lleva a tropezar con "Pío Ponde de León, natural de Murcia, de unos 60 años bien vividos", responsable de la contabilidad de Aguila y Compañía , "49 inviernos" mayor que ella; y el resto fueron promesas de salir de allí y, en fin…¡vivir de otro modo! Las dudas le llevaron a esa "consultante" oculta detrás de Teófilo y a partir de ahí "una deidad se metió por el medio, a él empezó a gustarle la chamaca… y se estropeó todo".
Léanla: rebosa ingenio y sorpresas constructivas esta comedia más que convincente de una realidad sórdida y, al cabo, no por más grotesca menos trágica. Una espléndida oportunidad para incorporarse al estilo de esta escritora.