La séptima jornada
Aurelio Loureiro
11 enero, 2007 01:00Y es que La séptima jornada puede leerse como una novela de intriga, pero también como una obra en que lo metaliterario y lo intimista marcan el rumbo argumental. En la primera encontraríamos al novelista en el punto álgido de su carrera que acaba de morir y al protagonista, su mejor amigo, tratando de desentrañar los porqués, los cómos y los etcéteras de ese final. Por cierto: sorprende el estilo de Loureiro desde el primer párrafo, complejo, subordinado, elegante. No dejará de ser así hasta la magnífica última frase: "Es al amanecer cuando se dirimen todos los duelos". Entre uno y otra hay ciertas veleidades metaliterarias que equiparan a esta obra con la Niebla unamuniana -la rebelión de los personajes, sobre todo- pero que la hacen pariente de otras entregas de su autor -todas ellas libros de cuentos-: las cuestiones relativas a la identidad o la búsqueda de un sentido para la vida. Todo ello, presentes y constantes en estas páginas, hacen de esta novela mucho más que una historia de intriga.