Novela

Arthur & George

Julian Barnes

15 febrero, 2007 01:00

Julian Barnes. Foto: Isolde Ohlbaum

Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama. Barcelona, 2007. 528 páginas, 23 euros

Si aceptamos recientes declaraciones de profesores franceses, con Tzvetan Todorov a la cabeza, la lectura literaria anda perdida en una travesía por el de-sierto. Hecho comprensible si consideramos la enseñanza de la literatura actual, pero totalmente incomprensible a la vista de la producción narrativa contemporánea. Todavía existen novelistas de talento, como Julian Barnes (Leicester, 1946), capaces de redactar obras de primerísima calidad, y remito a la presente Arthur & George. Esta ficción resulta una de las ficciones más entretenidas y mejor construidas que he leído en tiempo. Barnes es, para empezar, un profesional de las letras, que combina su labor de articulista para el "Times Literary Suplement" y el "New Yorker", con la de autor de novelas. Alterna las ficciones serias, como la que le hizo famoso, El loro de Flaubert (1984), y las de crimen y detectivescas, al modo de Duffy (1980), firmada con el pseudónimo de Dan Kavanagh, nombre que proviene de una variante del de su esposa, la agente literaria, Pat Kavanagh. La calidad de Barnes reside, como en los escritores de talla, en que pone en contacto al lector con ideas y percepciones que potencian su conocimiento de los sucesos acaecidos en nuestro mundo, y, a veces, bajo la guisa de Kavanagh, simplemente lo entretiene.

Arthur & George quedó finalista del prestigioso premio británico Man Booker, en 2005, ganado por John Banville con El mar. La decisión del jurado fue difícil, pues ambos textos exhibían una alta calidad, eso sí, de muy diferente tenor. Apostaron finalmente por la obra de Banville, por su exquisito estilo y por su entramado puramente literario, dejando en segundo lugar al texto de Barnes, aunque éste mostraba un compromiso intelectual mucho mayor. Quizás por ahí es por donde entramos al desierto y perdimos a tantos lectores, cuando descontamos de la novela la fuerza que le confiere el compromiso. De hecho, el coprotagonista de la novela de Barnes es el renombrado autor Sir Arthur Conan Doyle, el artífice de Sherlock Holmes, defensor durante su vida de numerosas víctimas reales de la injusticia. Una de ellas fue George Edalji, y su condena constituye un caso paralelo al del capitán francés Dreyfus, falsamente acusado de traición a la patria por ser judío. émile Zola fue su adalid, igual que Sir Arthur fue el de Edalji.

La obra comienza narrando las biografías de Arthur y de George. El primero, de origen escocés, exhibe desde niño una decidida voluntad de triunfar en la vida. Tras una dura educación con los jesuitas, obtuvo el título de oculista, aunque su temprano éxito como creador de Sherlock Holmes le haría abandonar la práctica médica. Su físico fue también notable, el de un hombrón aventurero, que luchó en la guerra de los Boers, y el de un deportista, notable esquiador y sobresaliente jugador de cricket. George, en cambio, nació en el seno de una familia de emigrantes de las colonias, cuyo padre era un pastor anglicano de origen indio, o para mayor precisión, parsi, y de madre escocesa. El suave tinte oscuro de su piel jugará un papel importante en su destino, aunque George lo niegue, pues se consideró en todo momento un inglés, confiado en la ecuanimidad e infalibilidad de las leyes británicas. Su dedicación académica se vio recompensada con el logro de un respetable puesto como procurador.

El nudo del argumento llega cuando George resulta condenado por supuestamente haber malherido a un caballo. Mientras George pasa años en prisión, Sir Arthur contrae matrimonio y tiene dos hijos. Su esposa cae enferma de gravedad, y él se enamora perdidamente de Jean Leckie, en uno de los episodios inolvidables de la novela. Con ella se casará nueve años después, tras la muerte de su primera mujer. Entonces se cruzaron los caminos de George y Conan Doyle, y éste decide defender al inocente para recobrar su honor y posición. Comienza así un repaso pormenorizado de las maneras en que funciona la sociedad inglesa y sus inveterados prejuicios. Sir Arthur y George compartieron ambos la circunstancia biográfica de haber llegado al corazón de la sociedad inglesa desde los márgenes, uno de Escocia, el otro de las colonias.

La lectura de esta obra engancha. El destino de los personajes, los protagonistas, el padre de George Edalji, su hermana, el capitán Anson, los abominables policías, nos inducen a averiguar el desenlace de una trama de alto calado. Experimentamos, en fin, una narración literaria como si fuera realidad, cuya lectura nos abre a un estado de plena consciencia personal.