Novela

Utilidades de las casas

Isabel Cobo

15 febrero, 2007 01:00

Caballo de Troya. Madrid. 139 páginas, 12 euros

Hay pocas cosas más misteriosas en la infancia que los secretos familiares. En desentrañar las relaciones de parentesco, la historia de los objetos domésticos o la inquietante mirada de los muertos en las viejas fotografías se emplean muchas horas en los primeros años de la vida, y más aún si se tiene la oportunidad de husmear no en una sino en dos casas llenas de tesoros, como le ocurre a la protagonista de esta novela: la "casa de arriba", repleta de camas, que se habita de noche, y la "casa de abajo", concebida para vivir. Entre esos dos espacios, separados por una cuesta, discurre esta narración, que tiene algo de minimalista y mucho de poética. Las escenas, muy breves a menudo, se centran en los objetos más anodinos de la cotidianeidad, pero se entrelazan con sutileza para formar una implacable crónica del paso del tiempo, de las rémoras del pasado y de la nostalgia con que nos asomamos a tiempos y vidas pasados.

Se vale la autora de las metáforas musicales para componer su historia: una octava dice que separa a sus dos casas, los capítulos se dividen en movimientos, y cuando ya todo se pierde oye sonar "la música del tiempo". Si yo tuviera que encontrar una cadencia que se ajustara a esta prosa, sería el ritmo persistente de una lluvia tranquila tras los cristales: así ocurren las cosas en estas páginas, con esa tranquilidad, con esa tristeza. El relato es implacable, pero hermoso. Y la autora sabe deslumbrarnos con los pequeños detalles de una prosa que, según dice en su ficha biográfica, practica con lentitud. Algo nada frecuente en estos tiempos, por cierto.