Literatura, adulterio y una Visa platino: el título es así de explícito, y no llama a engaño. De hecho se presenta como una propuesta desenfadada, con algo de excusa estival y el añadido de la reunión en torno a esos tres motivos de la suma de relatos escritos en diferentes momentos por Carmen Posadas. Así, lo que el conjunto ofrece es una muestra irregular, comentada por ella misma en un prólogo que ofrece un comentario descriptivo del conjunto aclarando que configuran "un retrato bastante veraz de lo que yo soy".

Son, pues, de lectura ágil y ofrecen divertimento. Podemos anticiparles que la muestra se caracteriza por un discreto savoir faire, el hábil manejo de ese tono de frivolidad intrascendente que se mantiene al acecho para trascender lo anecdótico cuando conviene y un interesante poso cultural, deducible de referencias que ella llama "compañías literarias". Yourcenar, Benet, entre otros, le ofrecen dignas excusas argumentales (como la del relato que abre el volumen y da título al conjunto), referencias que no enmiendan la plana a los personajes y situaciones que aquí se encierran. Casi todos del perfil anunciado en el título: acomodados, preocupados por el dinero, la apariencia…, en medio de situaciones en las que hay poco lugar para matizar personalidades o salir de un esquematismo argumental que conduce a pocas sorpresas.

Podemos destacar el sobresalto lingöístico que ofrece "Danza", el sarcásmo de "La complicidad del tejedor"; el esfuerzo constructivo de "El amante nubio", el más extenso y elaborado. Otros apuestan por situaciones perversas ("Olvidar a Alfredo") o por narrar cierto paradójico desamparo ("Para Alma, que tiene los ojos de Chagall").