Image: El castillo en el bosque

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Novela

El castillo en el bosque

Norman Mailer

13 diciembre, 2007 01:00

Norman Mailer

Traduc. de Jaime Zulaika. Anagrama. Barcelona, 2007. 528 páginas, 25 euros

Hay lectores fieles a un autor que compran con gusto sus novedades. Norman Mailer (1923-2007) es uno de ellos. Goza de multitud de seguidores, adictos a su narrativa y ensayos, porque siempre ofrece alguna novedad temática, transmitida en sabrosos bocados léxicos. él pensaba, como muchos de su generación, los vencedores de la segunda guerra mundial, en la que participó durante la campaña del Pacífico, que Nueva York, su ciudad de residencia, era el principal escenario del universo. De ahí que sus actitudes, a menudo teatrales, un poco al estilo Hemingway, parezcan exageradas, pero recordemos que residía en el centro artístico, económico y político, del siglo XX. Y que supo hacer buen uso de su posición privilegiada. La obra de este escritor judío ofrece, a través de sus ensayos, obras de teatro, novelas y poemas, un espejo donde mirarse la conciencia norteamericana del tardío novecientos, azogada por un artista que no deja de indagar en sus aciertos y equivocaciones.

Mailer vivió a altas revoluciones. Graduado en ingeniería por la universidad de Harvard, sufriría después los traumas de la guerra, y posteriormente, entre otras mil empresas, fundó el "Village Voice". Además de actuar de consejero de diversos presidentes, se presentó como candidato a la alcaldía de la Gran Manzana. En fin, su presencia jamás faltaba en los debates, fuera en prensa o en televisión, donde se dilucidaran las cuestiones palpitantes del momento, animando el debate con opiniones inesperadas. Su afición al boxeo, a la bebida, a las mujeres, complementa el perfil de un intelectual pletórico de energía mental y física. Sus dos galardones Pulitzer dan testimonio de su éxito, aunque un sector de la crítica permanezca de-safecta a su literatura.

Se le reprochaba con frecuencia la búsqueda de la publicidad, especialmente en La canción del verdugo (1979), un superventas perteneciente al género que hoy denominamos ficción no ficción, novela basada en la vida real del famoso asesino Gary Gilmore. Nunca renegará, ni lo hace en El castillo en el bosque, de sus ideas sobre la novela. El autor no tiene que actuar de voz de la verdad, ni convertirse en su portavoz, sino ser simplemente un buen actor, que convence al público lector de lo contado.

¿Por qué Mailer escribió este libro sobre la niñez y juventud de Adolf Hitler? Cuando tendemos a mirar al contexto, a la sociedad, para encontrar las razones que mueven a las personas, Mailer relata una historia familiar y ceñida lo más posible a la persona de uno de los monstruos de la Historia. Pues muy sencillo, como ha mantenido en diversas entrevistas, porque la razón no lo explica todo. Hemos creído en exceso en las premisas de la ilustración y nos olvidamos de Dios, de que quizás junto a la presencia del bien, Jesucristo, nos impuso también la del mal, Satanás.

No extrañará por ello que el narrador sea un tal Dieter, de las SS, un diablillo menor, encargado de dirigir las pensamientos de los malos. Hitler, que se revela de origen judío -un rumor sobre el que no existe prueba alguna-, era además producto de una relación incestuosa. Su madre Klara Poezl resultaba a la vez hija de su padre. Explicación plausible, o así lo pretende el autor, de sus desequilibrios. El relato de las maneras sexuales de su padre Alois, un empleado de Aduanas, dotado con un vigor sexual inusual, ofrecen una "prueba" más del desorden genético del dictador.

Este tomazo, a veces irritante por las parrafadas del SS diablo narrador y por las proezas lascivas del progenitor, me mantuvo interesado hasta el final. La mezcla de información fehaciente -lleva una buena bibliografía al final- con lo inventado llega a resultar confusa, porque a menudo no sabemos si pisamos en terreno firme o no. En todo caso, Hitler queda condenado a los infiernos de la historia y a llevar una vida privada miserable.

El castillo en el bosque cierra la trayectoria novelística de Norman Mailer con el brío de un espíritu aún desafiante. Pero será Los desnudos y los muertos (1948), su primer éxito, o La canción del verdugo, las que quedarán como unas de las novelas indiscutibles del siglo XX.