No es la primera vez que Margaret George asume el rol de "portavoz" de una grande del mundo. Hace unos años nos sorprendió con Memorias de Cleopatra, tan bien documentada y sabiamente escrita como la presente Helena de Troya, cuya ambientación, descripción de emociones, cronología y equilibrio a la hora de narrar nos hace poner en duda las definiciones de mito y leyenda. Quién, después de leer este libro, de vibrar hasta el tuétano, puede, sin apelar a la racionalidad, cuestionarse que alguna vez existió esta mujer bellísima y valiente, capaz de dejar un reino, una vida "segura" y una hija, por defender su derecho al Amor con todas sus letras. Paris sólo tenía 16 años y ella, "la mujer más bella del mundo" 29. Este es, dentro de la enmarañada gama de propuestas del género, uno de esos libros que no debemos dejar pasar. Está escrito con mucha agudeza y, sin hacer concesiones, aprovecha todos los ingredientes tan al gusto de la "nueva cocina literaria" -si es que existe y se la puede llamar así. Es de agradecer a Margaret George que nos refresque el panorama editorial con esta magnífica ¿ficción histórica?, ¿biografía mitológica? Cabe añadir una men-ción honorífica para la traducción realizada por Ana Herrera, cuyo trabajo logra que no merme la riqueza de matices del texto.