Image: Puente de alma

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Novela

Puente de alma

Julián Ríos

8 mayo, 2009 02:00

Julián Ríos. Foto: Amaya Aznar

Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2009. 380 páginas, 22 euros

Desde su irrupción con Larva (1983) Julián Ríos (Vigo, 1941) no ha dejado de sorprender con cada nueva entrega de sus audaces investigaciones textuales desarrolladas en una prosa narrativa llena de ingenio verbal, ironía y humor, en permanente mestizaje de formas literarias. Tras aquel experimento joyceano y su continuación en Poundemonium (1985), el autor siguió dando muestras de su concepción de la literatura como arte verbal en continua lucha consigo misma en textos innovadores como La vida sexual de las palabras (2000), Nuevos sombreros para Alicia (2001) y la recuperación de una novela coral de juventud en Cortejo de sombras (2008). Ahora vuelve a sorprender en Puente de Alma con una historia centrada en Diana de Gales. Y en manos del autor de Larva se transforma en literatura una historia sentimental propia de la prensa rosa. Porque todo el afán de Ríos se centra en el interés por la creación moderna de uno de los mitos de la sociedad occidental a finales del siglo XX: Lady Di, casada con el heredero de la corona inglesa, muerta en París en agosto de 1997, en accidente de coche, en compañía de Dodi Al Fayed.

Puente de Alma es el lugar del accidente. Cerca del puente y del túnel por donde entró el coche de los amantes perseguido por los fotógrafos está la Plaza de Alma, donde se levanta la llama dorada en honor de la princesa muerta. Por allí vive también el narrador de la novela, que ve y oye cada día a una multitud variopinta de peregrinos que transmiten intrigas para perpetrar el asesinato de la princesa camuflado de accidente y recuerdan, imaginan o sueñan episodios más o menos relacionados con la vida de Diana. Su muerte es como un imán que atrae la narración de otras muertes y otras vidas, contadas por curiosos personajes y reproducidas por el narrador Emil, procedente de otra novela de Ríos, Monstruario (1999), como también su amigo el pintor Mons.

La composición de Puente de Alma está organizada en ocho capítulos con cierta autonomía y dispersión entre ellos, bastantes motivos recurrentes (además del de Diana, tema central) e importantes simetrías en la distribución de historias y en la actitud narrativa adoptada. Entre las simetrías compositivas que contribuyen a anudar la estructura en fuga, resultan significativas las aportadas por la intensificación del enfoque humorístico al principio y al final de la novela, sobre todo en la visión carnavalesca de las celebridades reunidas en una fiesta en barco por el Sena (primera parte del cap. II) y los delirantes testimonios recopilados por el grotesco sumo sacerdote del culto a Diana en la primera parte del cap. VIII. Asimismo se descubre un juego de simetrías y contrastes en las referencias a la vida de L. F. Céline y la metempsicosis de su alma en el cuerpo de la princesa (ella nació el mismo día en que Céline murió), como se cuenta en el cap. III, cuyo final, en francés (pág. 131), dice lo mismo que su comienzo, en castellano (pág. 91); o en el relato de la vida de Rudolf Diesel, inventor del motor que lleva su nombre y cuya muerte pudo ser provocada por intereses militares (cap. IV), como tal vez la de Diana, luchadora contra las minas antipersonales.

En estas historias complementarias diseminadas en la novela se descubren múltiples homenajes de Julián Ríos, desde Sterne y Flaubert, pasando por Céline y Joyce, hasta Thomas Pynchon y los creadores del detective Poirot y el comisario Maigret, de los que se vale aquí el narrador para atar cabos y acabar la novela. Estamos, pues, ante un texto genuino del obrador literario de Ríos, con más narratividad que otros anteriores, también con muchos guiños y homenajes en sus continuas referencias literarias, pictóricas, cinematográficas, y con numerosos experimentos en juegos de palabras en varias lenguas, siempre al alcance del lector avisado.

ALGO PERSONAL l ¿Qué tiene que ver el autor de Larva y La vida sexual de las palabras con el de este Puente de Alma?

-Larva se alarga y explica o complica en La vida sexual de las palabras -título bastante pegadizo, por lo visto- y el narrador de ambas reaparece en Puente de Alma. Son tres obras muy distintas -siempre aspiré a escribir en plural- pero las une un mismo hilo conductor, que me lleva a darle vueltas, cada vez más lejos, a unos cuantos temas y obsesiones.

l ¿Dónde estaba cuando murió Diana de Gales?

-Cerca de París. Pero esa noche, a dos pasos de donde iba a estrellarse su Mercedes, en un café-restaurante de la plaza de Alma, un pintor, un crítico de arte y un galerista mantenían una conversación que no dejé de mencionar en mi novela Monstruario.

l ¿Para cuándo el regreso definitivo a España? -Me gusta tanto volver que prefiero hacerlo con frecuencia.