Katherine Neville
Varias traductoras
3 junio, 2009 02:00Salpicada de atractivos pasajes, como los supuestos nexos existentes entre la muerte del poeta Shelley y una esotérica partida de ajedrez que desde hace milenios vienen jugando los poderosos utilizando el planeta como tablero, El fuego intenta demostrar las implicaciones de numerosos personajes célebres en esta carrera desenfrenada tras las piezas del Ajedrez de Montglane.
Mientras el relato permanece en el ámbito del "pasado" puede ser entretenido, pero la fórmula falla cuando la trama se mezcla con la "actualidad" de los personajes, herederos de la partida que Alexander Solarin y su esposa, Cat Velis, dieron por terminada en El Ocho. Neville termina saturando al lector, que corre el riesgo de marearse sin llegar a saber quiénes son la Reina Negra y la Reina Blanca, ni qué sentido tiene tanto barullo si el problema es siempre el mismo: la ambición por apoderarse de la fórmula alquímica que provoca la inmortalidad.