Image: Con ojos americanos

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Novela

Con ojos americanos

Carme Riera

24 diciembre, 2009 01:00

Carme Riera. Foto: Santi Cogolludo

Bruguera. Barcelona, 2009. 224 páginas. 17 euros


La última novela de Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948), traducida al castellano por su autora, ofrece una visión humorística de la realidad catalana de nuestro tiempo en sus diferentes aspectos, desde la política hasta la cultura, centrándose en los diversos espacios y ambientes que conforman la Barcelona de nuestros días. Su propuesta se inscribe en una larga tradición literaria española que va desde la picaresca, con frecuentes guiños intertextuales, hasta Eduardo Mendoza, homenajeado por La ciudad de los prodigios (pág. 188).

La estructura de la novela, con el subtítulo de "Informe MacGregor", se apoya en el recurso del manuscrito encontrado en su moderna variación del texto enviado por correo electrónico. En su explicación "A modo de prólogo" la autora cuenta que ha recibido de su pariente Sergi Batllori dos versiones que el periodista norteamericano George MacGregor le mandó con el informe de su estancia de unos tres meses en Barcelona. La primera versión consta de notas en catalán y en inglés iniciadas en Barcelona en 2005 y acabadas en Nueva York en 2007; la segunda, más elaborada y escrita en castellano, es el texto sobre el que la autora trabaja. Batllori le ha pedido que revise el texto para publicarlo, con la idea de que el libro ayude a esclarecer la muerte de MacGregor, asesinado en Manhattan. Y la autora deja claro que su revisión se ha limitado a reelaborar el texto, que ella juzga superficial, pero sin corregir las opiniones del bisoño periodista.

Con esta información propiciada por la justificación del manuscrito, la trama de la novela intensifica la suspensión de su intriga, con la esperanza de resolver el crimen, aunque luego el interés va centrándose en la visión que el periodista americano ofrece sobre Barcelona y la sociedad catalana. La novela se inscribe así en la tradición de la literatura ilustrada en la cual un extranjero visita el país del autor (Francia en Cartas persas, de Montesquieu, España en Cartas marruecas, de Cadalso) y en sus epístolas ofrece una visión genuina, desde su perspectiva singular, de la sociedad, costumbres y cultura del país visitado. La diferencia está en que aquellos textos ilustrados eran literatura epistolar y en la novela de Riera no hay cartas, sino un informe escrito "con ojos americanos" y reelaborado por la autora catalana.

En dicha perspectiva extraña y distanciada del periodista americano, que ha sido engañado con la promesa de una beca de la Generalitat para residir unos meses en Barcelona, radica la generación de comicidad y humor que impregnan toda la novela. Instituciones y símbolos de Cataluña, sus gobiernos, políticos, lugares emblemáticos y cuanto importa destacar en la esencia de la catalanidad son objeto de parodia, ironía y visión humorística, sin llegar a la irreverencia, pero sí poniendo en solfa los desmanes de los políticos en la defensa de nacionalismos excluyentes manejados como frente de hostilidades en la política, la lengua y la cultura en general. Y de la ironía, la gracia y el humor, más comunes en la novela y favorecidos por la perspectiva del extranjero, se pasa al sarcasmo, por ejemplo en la consideración del Pacto del Tinell acordado por el Gobierno tripartito como el Pacto de la Botifarra (pág. 88); e incluso a la deformación grotesca en la animalización de personajes: la esposa del primer protector del visitante es "la elefanta" y la señora Forestier, mujer de su nuevo protector en la alta sociedad de Pedralbes, tiene unas manos que "se parecían mucho a las patas de un pollo al que hubieran pintado las uñas con laca roja" (pág. 106).

ALGO PERSONAL

- Escribió el libro mientras daba clases en Chicago: ¿cómo afectó la distancia a su mirada irónica sobre Barcelona?

- La distancia siempre resulta positiva. Poder observar mediante una

mirada extranjera, a través de los ojos de mis estudiantes, que sólo sabían de Barcelona que había sido sede olímpica y tenía un equipo de futbol llamado Barça, me ayudó a relativizar...

- ¿Qué es lo peor de la Barcelona del primer tripartito que retrata en su libro?

- La mediocridad de su clase política.

-¿Y lo mejor?

- Generar en algunos una ilusión de cambio... que duró cinco minutos.