Novela

La dulce envenenadora

Arto Paasilinna

2 abril, 2010 02:00

Trad. Dulce Fernández. Anagrama, 200 pp., 17 e.


Arto Paasilinna (Kittila, 1942) es un autor de extraordinario éxito en Finlandia. Escritor y periodista, ex guardabosques, tiene en su bagaje un sinfin de novelas de las cuales se han publicado en España: El año de la liebre, El bosque de los zorros, Delicioso suicidio en grupo, El molinero aullador y La dulce envenenadora. Autor genial, divertido, inteligente, lo que distingue a Arto Paasilinna de los demás escritores es su capacidad de contar de la manera más cómica las historias más desconcertantes.

En La dulce envenenadora, la protagonista, La Coronela Linnea Ravaska, vive tranquilamente los últimos años de su existencia, en una casita de los alrededores de Helsinki. Su vida sería un mar de calma y bienestar de no ser por su sobrino, el joven Kauko, alcohólico, drogadicto y aspirante a asesino que cada mes viene con su grupo de amigos a "pulirse" la pensión de la viuda. Hasta el día en que la octogenaria Coronela decide poner punto final a la relación que mantiene con su desalmado familiar. Y comienza la divertida historia de La dulce envenenadora. Por medio de la farsa, de situaciones rocambolescas, Arto Paasilinna consigue pasar revista a los grandes males que, por culpa del ser humano, acechan a la sociedad. Desde la vejez olvidada hasta la juventud desorientada, las drogas, el alcohol, el abuso de poder, la prostitución, la soledad... la crítica del autor, a través de las peripecias de sus personajes, no cae en saco roto.

Las escenas de la novela recordarán a las del cine mudo, que conseguía, por medio del humor, plasmar los grandes problemas de nuestra sociedad capitalista. En esta novela, los malos obtendrán su merecido y los menos malos, también, ya que, como dice su autor: "Las malas acciones siempre reciben el castigo merecido, aunque a veces los caminos del destino sean un poco tortuosos".

Como digo, una novela irresistible, divertidísima y estupendamente escrita. Y en la que nuestra cándida heroína saldrá victoriosa de unos malhechores que la quieren asesinar. No bastan los músculos, a veces se necesita un poco de picaresca para salirse con la suya.