Image: Perdona pero quiero casarme contigo

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Novela

Perdona pero quiero casarme contigo

Federico Moccia

4 junio, 2010 02:00

Federico Moccia

Trad. Patricia Orts. Planeta. Barcelona, 2010. 704 páginas, 18'90 euros


Las novelas de Federico Moccia (Roma, 1963) gozan de un indiscutible éxito de público. No obstante, sin pretender dar la tabarra con lo "bueno" y lo "malo", lo que "es" o "no es" literatura, vale la pena lanzarle un vistazo a fórmulas que no por repetidas dejan de funcionar y con las cuales se logra que libros como Perdona, pero quiero casarme contigo, continuación de Perdona si te llamo amor, consigan seguidores y hasta la devoción por ciertos autores.

En el caso de Perdona, pero..., Moccia recurre a claves y tópicos utilizados en sus anteriores novelas, todas de corte aspiracional y no desdeña el reciclaje de anécdotas y situaciones que han "pegado" sobre todo en el cine y la televisión. Las cuatro amigas Nicki, Olly, Diletta y Erica, con sus respectivas caracterizaciones, recuerdan a las chicas de Sexo en Nueva York, con varios años menos pero, incluso sus "problemas" y el ambiente glamuroso en el que se desenvuelven, nos traslada de Roma a la Gran Manzana sin mayores esfuerzos imaginativos.

En varias situaciones, el autor no vacila en apoyarse en películas como Mira quién habla, protagonizada por Christy Allen y Jonh Travolta que, pese a no estar nominada a los Óscar, fue todo un taquillazo y pocos hemos olvidados la escena en que Allen, en un ataque de paranoia, representa en su mente, al igual que la Nicki de Perdona, pero quiero casarme contigo el futuro que le espera como madre y esposa y no es ésta la única semejanza notoria con el cine dentro del libro de Moccia. Tienes un email y Harry busca a Sally, entre otras, tienen también su espacio en las preferencias del cinéfilo autor quien, además, escribe y describe como si de un guión cinematográfico se tratara, dejando clara la procedencia de su formación. Con absoluta economía de recursos, Moccia mueve a los actores de manera directa, como en las escaletas de los guiones, lo cual produce un efecto cortado.

Estas novelas son refrescantes, no necesitan ser pensadas ni analizadas porque apelan sólo a los cinco sentidos del lector, haciendo del sexto un sentido innecesario. En el mundo en el que estos personajes se agitan impera la belleza, el dinero, la fama, la moda... Los conflictos son planteados de manera arquetípica, sin aportar el mínimo elemento de profundidad al tema. Está claro que Moccia solo busca entretener, lo cual, en el lenguaje del mercado, significa éxito seguro. ¿Cómo se puede construir un edificio con palomitas de maíz?