El amor del Rey
Begoña Aranguren
23 julio, 2010 02:00En honor a la justicia literaria, El Amor del Rey es una historia magníficamente construida y su troica de protagonistas, bien definidos, escapan a la categorización maniqueísta. Tanto Alfonso XIII como Soledad Quiñones y Victoria Eugenia salen a la luz bajo tintes que refuerzan sus zonas más humanas y quebradizas, lo cual les beneficia en un mundo que adora hurgar en las debilidades de sus ídolos.
Todo parece indicar que los sentimientos de Soledad Quiñones y su manera de encararlos son una buena base para sustentar una serie de reflexiones acerca del adulterio. Sus agudos razonamientos son más propios de una mente de nuestros días que fruto de los análisis de una aristócrata enamorada en una época en que, según la propia Solín: "En el círculo en el que me he movido siempre triunfó la mentira. Toda conducta era admitida con una sola condición: ninguna trama referida tanto a la ética como a la falta de estética debía salir a la luz". Con estas premisas intenta Soledad ¿explicar o justificar? algo como el amor, que no necesita de ninguna de las dos cosas.