Image: Los perros y los lobos

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Novela

Los perros y los lobos

Irène Némirovsky

13 mayo, 2011 02:00

Irene Nemirovsky

Traducción de José A. Soriano. Salamandra. 221 pp., 16'95 e.

Irène Némirovsky (1903-1942) nació en Kiev en el seno de una familia de banqueros judíos. Tras la Revolución su familia tuvo que huir de Rusia y se instaló en París, donde Némirovsky comenzó a escribir desde muy joven. Publicó una decena de novelas y una biografía de Chéjov. Saltó a la fama en 1929, con David Golder, su segunda novela; conoció a Paul Morand que le publicó sus cuatro novelas siguientes en Gallimard, y jamás dejó de sentir esa furia de escribir, de retratar a la sociedad adinerada judía, sus rasgos,y la actitud de los franceses, que no siempre les aceptaron. En 1942 fue arrestada por los nazis y deportada a Auschwitz, donde murió ese mismo año. Su nombre cayó en el olvido, hasta que, en 2004, se publicó Suite Francesa, una de las novelas más impresionantes que se han escrito sobre la ocupación alemana en Francia y que Némirovsky había entregado a sus hijas en una maleta antes de ser deportada al campo de concentración. El éxito fue total, tanto en Francia como en España: por el libro recibió el premio Renaudot 62 años después de su fallecimiento y en España, el premio de los Libreros. Ahora aparece en España Los perros y los lobos, publicada en 1940. La primera parte del libro está ambientado en Kiev y muestra la división del mundo de los judíos ucranianos. Trata de la vida de un pobre hombre viudo y su hija Ada. Desde las primeras líneas la división de la ciudad en dos partes bien diferenciadas adquiere una importancia capital. En una parte vive “la chusma judía, los aventureros, los inmigrantes, los extranjeros…”; en la otra, los judíos adinerados. No se quieren mezclar, pero hasta el apellido lo tienen iguales. Y las dos familias Sinner, a las que tan solo divide la posesión del dinero, volverán a juntarse por una historia de amor que, en varias ocasiones, se compara en la novela con la de Romeo y Julieta. La segunda parte se sitúa en París, en donde se asiste al desmoronamiento del sistema económico y social francés. Los perros y los lobos me ha parecido la mejor novela de la autora después de Suite francesa. Su forma de describir la sociedad en la que vivió es de una tremenda veracidad. En ella, dos seres más débiles que los demás lo tendrán todo perdido, ante este mundo en el que no hay espacio para el verdadero amor. Animales bestiales, todos iguales pero “como se parece el perro y el lobo” (p. 189). De ahí ese título tan feroz, que describe la esencia del ser humano.