Novela

Cuando los dioses escriben el libro del Destino

Alice Albinia

25 mayo, 2012 02:00

Traducción de Dora Sales. Alevosía. Madrid, 2012. 456 páginas. 19'95 euros

El Mahabharata, poema épico de la India, con sus 120.000 estrofas repartidas en dieciocho tomos debidos a la inspiración de poetas anónimos entre los siglos VI a. C. y II d. C., es el tema elegido por Alice Albinia (Londres, 1976) para debutar en el panorama literario. El resultado, mucho más que encomiable, llega al castellano con el título Cuando los Dioses escriben el libro del Destino y con sobradas razones ha sido seleccionado por Siruela para dar a conocer Alevosía, su nuevo sello editorial.

Cuando tomas un libro entre las manos y se te escapa en un pis-pás la rutina cotidiana y la presbicia; si al finalizar la lectura en la alta madrugada sientes un cosquilleo de gozo y la sensación de haber viajado a través del tiempo y el espacio a encontrarte con viejos amigos revueltos entre olores, sabores, colores, penas y esperanzas, es indudable que has vivido una aventura magnífica. Eso y más puede decirse de esta deliciosa novela, escrita con rigor y en la que gozamos de ese humor, cuya ausencia tanto resentimos en la mayor parte de la escritura actual.

Como narradora, Albinia asume la identidad de Ganesh, el dios con cabeza de elefante, uno de los más queridos dioses del amplio panteón indio, a quien parte de la tradición atribuye la escritura del Mahabharata bajo el dictado de Vyasa, su némesis, para recrearnos un paseo por la Rueda del Samsara (ciclos de nacimiento-vida-muerte-reencarnación) de los avatares Lila, su hermana Mira y el mismo Vyasa, quien, deseoso de vengarse del orejudo dios, intenta, vida tras vida, apoderarse de las dos mujeres que la traviesa deidad osó incluir en la aventura épica. Persiguiéndose a lo largo de los siglos llegan al presente.

Tradiciones, prejuicios, miseria extrema junto a la opulencia, complejidad racial y étnica, traiciones, inocencia, belleza…, en fin, todo lo que puede satisfacer a la más amplia gama de lectores, se obtiene a lo largo de estas páginas lúdicas y lúcidas, cuya pasión y conocimiento saltan sobre barreras culturales. No es de extrañar que una joven inglesa pueda convertirse en lo que quiere contar, introduciéndose bajo la piel del complicado continente de los monzones.