Image: El país del dinero

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Novela

El país del dinero

Pedro Ugarte

22 junio, 2012 02:00

Pedro Ugarte. Foto: Páginas de Espuma

V Premio Logroño de Novela. Algaida. Sevilla, 2012. 230 páginas, 20 euros

Pedro Ugarte (Bilbao, 1963) cuenta con una amplia trayectoria narrativa, formada por novelas, cuentos y microrrelatos. Con El país del dinero ganó el último Premio Logroño de Novela. En efecto, se trata de una narración construida con materiales de actualidad contados en un relato lineal que se lee sin dificultad y con interés, lo cual responde a los convencionalismos de un premio literario destinado al gran público. El título encierra una dilogía que, por un lado, se refiere a la España reciente de la especulación y burbuja inmobiliaria, con la crisis posterior, y, por otro, alude a las esferas del poder económico y político, con sus aledaños, donde se mueven con soltura quienes por ambición o por familia persiguen fraguar o acrecentar su fortuna. Es la España del pelotazo, de la que un ministro socialista dijo que era el país donde uno podía hacerse rico en menos tiempo.

La novela se centra en el triángulo formado por Simón López de Chávarri, descendiente de una acaudalada familia industrial vizcaína, su amigo Jorge, nacido en una familia con posibles pero venida a menos, y una amiga de ambos, Sharon, con la hermosura y el misterio de mujer fatal que esconde un terrible secreto en su infancia. La historia transcurre, con alguna escapada a Canarias, en una ciudad siderúrgica del norte de España, con una ría que divide y separa, espacial y socialmente, los habitantes de ambas orillas. Aunque no se dice nunca el nombre, se trata del Bilbao natal del autor. La familia López de Chávarri representa a los potentados de la margen derecha, mientras que Jorge, que es el narrador, pugna por llegar a situarse en aquellos lugares de riqueza; y Sharon es la mujer capaz de destruir al hombre que entre en su vida, tal vez por su entrega a la práctica recíproca del sexo digital como única forma de contacto físico.

Paralelamente a la historia sentimental protagonizada por dicho triángulo amoroso se desarrolla la aventura empresarial de Simón y Jorge, metidos de lleno en el negocio de la especulación inmobiliaria, primero en un pueblo cercano a su ciudad y después en Canarias, con los mismos procedimientos de sobornos a políticos y engaños a propietarios sin información, solo que más agrandados en las islas a medida que el negocio de la construcción ha ido creciendo. Ambos planos se cruzan al mismo tempo que se invierten los destinos de ambos socios cuando, con la llegada de la crisis, uno ha conservado la fortuna acumulada en poco tiempo mientras que el otro encarna la decadencia y ruina de una familia con plaza de toda la vida en la margen derecha de la ría.

El país del dinero descubre los trapos sucios de una época de capitalismo desaforado en la España reciente, con una buena representación de trampas, engaños y corrupciones de todo tipo perpetrados por ambiciosos sin escrúpulos metidos a constructores sin más meta que amasar dinero a espuertas, en connivencia con políticos locales nacidos en capas humildes de la sociedad y encumbrados al poder por sus artes en la manipulación social y el medro en sus respectivos partidos. Hay lúcidas reflexiones acerca del comportamiento de potentados y humildes en sus respectivos espacios, también sobre los perversos poderes de atracción del dinero, que ya Balzac ponderó en sus novelas como el verdadero motor del capitalismo. Lo menos acertado es su tratamiento formal por medio de un realismo decimonónico en el que no se vislumbra la renovación tecnológica del siglo XX. Aunque no debe pasarse por alto que la obra de Ugarte resulta ilustrativa de un tiempo nefasto ennegrecido por el encumbramiento económico, social y político de canallas sin cuento.