Image: Kimokawaii

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Novela

Kimokawaii

Enrique Planas

23 septiembre, 2016 02:00

Enrique Planas

Random House. Barcelona, 2016. 211 páginas. 16'90€

El concepto japonés que da título a esta novela significa "bello pero perturbador". Una polisémica metáfora que tanto sirve para hablar del lugar y el momento en que se desarrolla la acción -Lima, años 90-, del trasfondo de la historia o de las relaciones entre sus personajes. En particular una: la que su protagonista, "el periodista cultural" (nunca designado por su nombre de pila) establece con Michiko, una joven aficionada al arte y al manga japonés. La trama arranca en la sala de un museo y frente a un retrato de factura clásica. Él lo admira, ella lo versiona. Estas distintas posturas, marcadas desde el principio, determinan la relación entre ambos y sus posicionamientos ante la vida, a la vez que anuncian uno de los temas del libro: cómo la seducción, y la vida, son una ficción, una creación artística.

Estamos ante personajes complejos, cargados de matices. "El periodista cultural" es un hombre solo, aficionado a "Ultrasiete", la serie japonesa con superhéroe del mismo nombre. En él, además, ha volcado su autor gran parte de su experiencia como periodista cultural de uno de los más importantes rotativos peruanos, El Comercio. El personaje se siente verdadero. Michiko, su perturbadora antagonista, el único personaje que sabemos cómo se llama, actúa no sólo como objeto de deseo, también como símbolo del individualismo de las generaciones más jóvenes. Cultura pop, radicalmente urbana, universal, encarnada en un personaje que sólo por casualidad es limeño. Los monstruos contra los que ambos luchan también son universales. Luego está el mundo del manga y la cultura pop -tan importante en la obra de Planas- encarnada aquí en esa serie infantil, "Ultrasiete", que se ha convertido en todo un símbolo de la cultura popular japonesa. En Perú, un país con gran influencia nipona, "Ultrasiete" se pudo ver en los 80. He aquí la razón por la cual la serie, y su caricaturesco héroe en particular, haya marcado al protagonista del mismo modo que hizo con toda una generación.

Estamos pues, ante una novela de fascinante construcción, que se lee de un tirón y nos invita a reflexionar sobre cuestiones de calado. Lo demás, es oficio narrativo de un novelista que los lectores peruanos conocen desde hace veinte años y que merece encontrar su sitio en las librerías españolas.