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La constelación de Violeta
Marisol Esteban
11 noviembre, 2016 01:00Marisol Esteban
En La constelación de Violeta el lector se topa con esa sensación del libro incontaminado, a pesar de la precipitación de Marisol Esteban en hilar tiempos literarios divergentes. La protagonista, Violeta Montesano, regresa a Saminián, su pueblo, en tren, y el traqueteo la envuelve en la remembranza de dos mundos que convergen en su biografía. Por una parte, la de sus antecedentes familiares en una isla del Caribe con sus historias de amores contrariados entre indianos y criollos; por otra, la de sus días de gloria en la Movida madrileña.Y a ambas partes, Esteban les otorga el ritmo preciso, a pesar de que el lector menos audaz pueda perder el aire ante tanto salto temporal y genealógico. La autora combina con garbo dos estilos y dos historias que convergen en un mismo designio. Una, la de los indianos que marchan del pueblito español de Saminián al Caribe contada con acertados recursos del realismo mágico. Otra, la de la propia protagonista, salvada de las miserias y de las adicciones por la fuerza redentora del primer amor.
La escritora mezcla tiempos y voces narrativas; espacios y estilos diversos. El libro contiene idas y venidas, casi en un tren circular del que el lector queda imposibilitado para apearse. Primero por la obsesión de trenzar dos mundos. Después, por la prosa, exótica y salmódica a veces; dura y confesional otras. Y tercero por la voluntad de naturalidad. Y el estilo, que envuelve la novela de tintes oníricos y así, suavemente, conduce al lector hasta el final.
![La escritora Mayra Montero. Foto: Bernardo de Niz](["https:\/\/s1.elespanol.com\/2024\/07\/14\/actualidad\/870423086_247765936_1706x960.jpg"])
