Image: La vida de H

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Novela

La vida de H

Alejandro Gándara

15 junio, 2018 02:00

Alejandro Gángara. Foto: Archivo del autor

Salto de Página. Madrid, 2018. 172 páginas. 18 €

Lo simbólico ha tenido siempre una presencia significativa en las novelas de Alejandro Gándara (Santander, 1957). Su consideración se manifiesta ya en La media distancia (1984), primera novela del autor y perdura en la última, La vida de H, novela corta construida sobre la modalidad de cuento de hadas para niños y adultos embarcados en las grandes preguntas de la vida. La protagonista es H, una niña de cinco años que vive en un mundo donde realidad y ficción se confunden en una especie de laberinto urbano sobre espacios reales. Su experiencia transcurre en el barrio madrileño de La Latina, con andanzas por otras calles y plazas también reconocibles y unas vacaciones de Navidad en un lugar costero del norte de España y otras de Semana Santa en el pueblo de Óbidos en Portugal. Pero estos lugares reales aparecen transfigurados en fantásticos, tanto por obra de H, como de la narradora, el hada Nwany, que es hija de la Reina Hilandera y cuyos poderes mágicos le permiten operar como cronista testigo en busca del enigma en La vida de H, adoptando a su antojo capacidades de narrador omnisciente para estar en la cabeza de los personajes, sobre todo de la protagonista, y susurrar a sus oídos ideas y modos de comportamiento.

La novela sigue la existencia de H a lo largo de un año, entre los cinco del comienzo y los seis cumplidos al final. Este período temporal transcurre en el siglo XXI, con acceso a internet y con frecuentes analepsis y prolepsis en el movimiento temporal de la narración hacia delante y hacia atrás. Y las preguntas de la niña protagonista son las eternas cuestiones que preocupan a los seres humanos de todas las épocas. A ellos parece aludir la H de su nombre (algo más grande que la H mayúscula). Son las dudas acerca del origen y el destino de los mortales: ¿Qué pasa cuando nos morimos?, pregunta H a su padre. "Por qué me habéis traído a este mundo? ¿Os pedí yo nacer? […] ¿Por qué me habéis hecho nacer si sabíais que iba a morir?" (p. 16).

Con los mimbres de siempre, Alejandro Gángara compone una novela sencilla en apariencia, grave en su sentido profundo, sobre la existencia y sus interrogantes

Dicho interrogante de imposible respuesta existencial invade la novela, que se extiende sobre las relaciones de H con sus padres y con su hermana pequeña, con sus compañeros de colegio y con la maestra, también con su perro, cuya muerte bajo control veterinario intensifica su incertidumbre. Por eso esta novela de niños que juegan a ser adultos da entrada en muchas situaciones a la mitología, con sirenas, dríades, sílfides y hadas que se mezclan en las preguntas de la niña y las respuestas de sus mayores. Y en torno al problema central de la muerte aparecen otros temas universales como el amor, la relación con Dios y su necesidad, el poder de las palabras y la defensa de la imaginación infantil, lo cual permite finalmente a los padres consolar a H, entristecida por la marcha de las sirenas, con la revelación de que "cuando tú tengas hijos volverán" (dice su madre). "Volverán -dijo el padre, más viejo de lo que nuca había sido-. Y cuando vuelvan, tus hijos te las devolverán a ti." (p. 166)

Con estos mimbres de siempre Gándara compone una novela sencilla en apariencia, grave en su sentido profundo, sobre la existencia y sus interrogantes nunca resueltos, y de lectura recomendable, más allá de algunos riesgos de inverosimilitudes, que pueden explicarse por la naturaleza de los materiales elegidos.