Tú no matarás

Julia Navarro. Foto: Carlos Ruiz

La gran novela es un compendio de biografías entrecruzadas: un pasado del que se escapa y un imposible sobre el que se sueña. Estos son los mimbres de la última novela de Julia Navarro (Madrid, 1953). Ya se sabe que la prosa de esta autora es absorbente, pero Tú no matarás es además un despliegue de intimismo. Está escrita con esa motivación de obra total con la que se exploran otros registros sin temblor ni dudas.

La novela nos presenta a los jóvenes unidos por una red de afectos intrincados sobre los que Navarro hace un alarde de personajes bien terminados, mientras los episodios más aventureros fluyen sin efectismos ni precipitación.

Navarro compensa lo voluminoso de la obra con una acción que nunca se desentiende de los protagonistas, y todo lo que acontece tiene la lógica influencia en la trama principal. Por todo ello no hay nervaduras secundarias que dispersen al lector de la historia del hijo de un represaliado republicano que trabaja de editor y de espía. Tampoco del desgaste de una madre soltera que vaga por el planeta en busca del padre de su hijo. O de un poeta americano que anduvo en la Guerra Civil y añora algo que lo complete.

Julia Navarro tenía el empeño de contarnos una Alejandría seductora y cosmopolita, pero metida en faena nos deja una pluralidad de escenarios que no despistan la lectura. Tú no matarás tiene las virtudes mejores de la novela bizantina, aunque peque de excesivos diálogos que, a fuerza de recurrentes, resultan reiterativos. Con menos conversación se hubiera llegado al mismo punto, aunque la apoteosis del final todo lo justifica. Estamos ante un buen libro que dignifica la aventura histórica, acaso porque el novelón ya tiene quien lo escriba. Y lo hace bien.

@JesusNJurado