Diego Pita

Como ya hiciera en su primera novela, He perdido los veranos (Alba, 2000), Diego Pita (California, 1972) vuelve a retratar en Ola de frío la vida desaforada de un joven perdido, pero ahora el hijo de Soledad Puértolas lo hace con una voz más madura y personal. El protagonista de Ola de frío, Javier Lacalle, de treinta y cinco apurados años, arrastra un pasado turbulento como consumidor habitual de coca y alcohol desde la adolescencia. Ahora, tras pasar el último año en rehabilitación, trabaja en la pequeña librería de un amigo de sus padres, en la calle Fuencarral.

El azar hará que Lacalle recaiga en la droga casi a su pesar, pero cuando parece que lo peor de sí mismo y de su pasado le han vuelto a seducir, un giro inesperado lo cambiará todo. Porque el protagonista descubrirá, a través de la mirada de los demás, entre resacas de sexo y coca, que ya no es el mismo alocado, más aún, se intuye un privilegiado capaz de volver del otro lado del espejo con la suficiente cordura como para asumir que no hay vuelta atrás.

Y eso que el suyo no será el único sueño roto: mientras su vida parece despeñarse, el joven será testigo de matrimonios desdichados, trabajos en crisis, intimísimos fracasos de sus amigos... y de todo dará cuenta, sin moralina, consciente de sus errores y de que, como cantó Serrat, "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". O sí, uno tan sencillo como audaz: atreverse a vivir.