El soldado Varlot
Didier Daeninckx
27 septiembre, 2000 02:00No es sorprendente, por tanto, que él y el historietista Jacques Tardi (Valence, 1946) acabaran por encontrarse, más por compartir algunas preocupaciones que por afinidad ideológica. A Tardi, sin duda por influencia de su abuelo, le obsesionó desde sus comienzos aquella hecatombe que fue la Gran Guerra, en la que miles de hombres perdieron la vida en nombre de palabras grandilocuentes. Tras diversos trabajos sobre ese período de horror, en 1993 nos entregó su obra magna hasta el momento: La guerra de las trincheras, con una iconografía en blanco y negro tan poderosa que es difícil imaginarse ya aquella contienda dibujada por otro creador. Pero, a la hora de volver de nuevo al paisaje de aquel infierno, el dibujante decidió ampararse bajo otra mirada, la de Daeninckx, con el mismo afán de dotar de un mayor contenido a este medio con el que en otros momentos ha buscado amparo en los textos de Malet o de Manchette. De esa colaboración nacieron La última guerra y, ahora, El soldado Varlot, que tienen un mismo protagonista, uno de aquellos desdichados, luego detective, que compren-día mejor el suicidio que el cínico discurso que pretendía justificar esa carnicería, dos álbumes que son una lección acerca de cuando el tebeo adulto se pone del lado del hombre y su sufrimiento.