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Poesía

Nova

Vicente Luis Mora

3 julio, 2003 02:00

Vicente Luis Mora

Pre-Textos. Valencia, 2003. 192 páginas, 17 euros

Ensayista, novelista, poeta, la voluntad de no limitarse a lo consabido caracteriza a Vicente Luis Mora (Córdoba, 1970) en cualquiera de sus múltiples actividades literarias. Nadie podrá negar que Nova, su más reciente libro de poemas, es una obra ambiciosa; se puede dudar, eso sí, de que llegue a alcanzar las ambiciosas metas pretendidas.

"Como ya habrá adivinado el lector -escribe en uno de los varios apéndices ensayísticos del volumen-, siempre he tenido como principio inamovible no distinguir entre ciencias o letras, considerando todos los saberes como partes interrelacionadas y conexas de un único conocimiento vertebral".

Nova, en la intención del autor, sería algo más que un libro de versos, sería un Proyecto (así con mayúscula), "el magma nuclear de una esfera temática (el orden), cuyas capas geológicas se constituyen por la sedimentación sucesiva del ensayo, la glosa, la anotación o el apotegma, sin rechazar que su atracción gravitatoria pueda añadir algún meteoro de otros géneros".

La pedantería y la pretenciosidad abundan más en los alrededores de los poemas (citas, prologuillos, notas) que en los propios poemas, que en muchos casos ganan leídos al margen de las intenciones más o menos cosmológicas de Vicente Luis Mora.

Nova es el resultado de un experimento literario. Todos sus poemas son ejercicios, a menudo brillantemente resueltos, sobre los temas clásicos de la lírica (a los que se les trata siempre de dar la vuelta, de presentar de insólita manera) o sobre otros que provienen de la reflexión filosófica o de la investigación (divulgación, más bien) científica.

Vicente Luis Mora contrapone con acierto a la rebuscada novedad de los temas, lo ceñido de la sintaxis (nada confusa ni divagatoria) y lo tradicional de la métrica (endecasílabos blancos, sonetos, décimas). Consigue así un puñado de excelentes poemas que destacan del conjunto, y que ganarían separados de él. Pero son muchos los textos que se leen con agrado y que demuestran que su autor es un escritor hábil, muy consciente de que la escritura es también cuestión de oficio, y que ese oficio no debe limitarse al uso de adocenadas fórmulas.

En algunos pocos casos, el modelo está demasiado presente. "Geo-política interior" comienza con los siguientes versos: "Mi república tiene pies de barro/bandera a media hasta por el resto/y roces entre las autonomías/hay un golpe de estado cada noche/esa interna tristeza sublevada/acumulando tanques en mi pecho". El origen no se encuentra en la cita de Blas de Otero que encabeza el texto, sino en unas líneas de Luis García Montero que encontramos en el prólogo a su libro Además. También "Fado para náufragos" debe quizá menos al artículo de César Antonio Molina que se cita en nota que a algunos poemas de Benjamín Prado. Pero si es frecuente en Vicente Luis Mora partir de textos ajenos (es un lector bulímico y omnívoro, que todo lo aprovecha), no suele ocultar sus deudas, sino más bien todo lo contrario, por lo que probablemente se trate de olvidos involuntarios.

Hay ingenio y sorpresa en estos poemas, innegable habilidad para contar una historia (en ocasiones alternando los puntos de vista como en "Elogio de la lectura"), dominio formal (léanse las décimas del "Poema del alfabeto" o alguno de los sonetos que menos condescienden con el ripio), mucha "Matemática recreativa" (así se titula uno de los textos), pero hay también verdadera, emocionante, exacta poesía.

Es probable que a Vicente Luis Mora -novelista, ensayista, poeta que no quiere "seguir engrosando el numeral de autores convencionales"- su ambición le lleve a dar saltos en el vacío, que a veces sus piruetas verbales acaben en un espectacular batacazo. No menos cierto es que se trata de un nombre a tener en cuenta. Un destino literario. Alguien que no está dispuesto a formar parte del coro. Que no forma ya parte del coro.