Alrededores míos
Concha Zardoya
18 diciembre, 2003 01:00Sólo en el índice se nos explicita la autoría de los cuadros que dan origen a los poemas: un "Bodegón" de Zurbarán, unas "Ruinas, cipreses" de Gregorio Prieto, un "Nueva York" de Eva Llorens que le sirve para escribir su elegía al once de septiembre. Mayor interés presenta la última parte, "Retratos", especialmente en los poemas dedicados a figuras familiares, madre, padre, hermano o a "Las amigas" de la Valencia en guerra: "Cinco amigas debajo de las bombas,/por hambres consumidas y la angustia,/mas resistiendo aún y aún riendo,/leyendo o escribiendo poesía/en medio de la sangre y la metralla". No faltan tampoco los poemas de circunstancias, los inanes homenajes a Guillén, Cervantes, Alberti, Aleixandre o Lorca. "La fuerte mano" se dedica a Dolores Ibárruri. No leemos los últimos libros de Concha Zardoya como cualquier otro libro de poemas. Sus versos no buscan el eco crítico, sino la sintonía cordial. Importa menos lo que dicen que lo que arrastran consigo: el caudal de un siglo de sangre, sudor y lágrimas y un indestructible amor a la vida y a la literatura.