Image: Amo de llaves

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Poesía

Amo de llaves

José-Miguel Ullán

22 abril, 2004 02:00

José-Miguel Ullán. Foto: Manuel Ferro

Losada. Madrid, 2004. 227 páginas, 16 euros

¿Es José-Miguel Ullán un humorista, tanto o más que un poeta? Muy probablemente. Un humorista del absurdo, con un fondo quevediano, que hereda de las vanguardias el perpetuo cuestionamiento de las convenciones literarias. Amo de llaves contiene una colección de 187 haikus (todos con rima asonante en los versos impares), a la que se añaden algunos complementos.

El que más agradece el lector aparece al comienzo de la parte tercera: una breve muestra de pintadas callejeras encontradas en Colombia o de apuntes conversacionales escuchados en un autobús o en el metro: "Prohibido robar. El gobierno tiene el monopolio". Otros intermedios están formados por dibujos de corazones realizados por el propio poeta y por anotaciones manuscritas. Juega también con la tipografía: algunos haikus se camuflan en letra minúscula al margen de la página o en nota al pie de una "Nota de autor". En dicha nota, epílogo al libro, se explica que fue escrito "dentro de un desconcierto que comienza y termina el mes del julio de 2003, cuando una ola de calor fue dejando por toda Europa un reguero televisible de ancianos muertos, entremezclado con otro de cadáveres iraquíes desprovistos de edad común". Una y otra vez en esas páginas finales el autor llama a su libro Mira por quién. Una "Subnota (Con arrepentimiento)" informa del cambio de título en un nuevo haiku: "Eché la llave:/ Mira por quién deviene/ Amo de llaves". No terminan aquí ni el libro ni los juegos del autor con el lector. El haiku 100 (una variante del manido cuentecillo del dinosaurio) lleva la siguiente nota: "A Augusto Monterroso, de memoria, el poema titulado ‘El camaleón’. (Véase Apéndice.)". En el apéndice leemos: "En la página de enfrente se reproduce aquel poema del que apenas dije nada (acaso porque entonces no existía) en la nota dedicatoria de la estrofa C". ¿Tiene sentido dedicar "de memoria" un poema que todavía no se ha escrito? El mismo que mantener en el epílogo un título que ya se ha desechado. Pero aún le queda tiempo a Ullán para añadir otra muestra de su peculiar humorismo. A propósito del poema "El camaleón" indica: "Si algún lector percibe enseguida la ausencia de un epígrafe adecuado, pero que no le sale, puede resignarse a elegir, como en los finales de las películas de ahora, uno de estos dos ejemplares ya amaestrados". El primero es de Petrarca ("Questi son gli occhi de la lingua nostra") y el segundo, de Vitali Komar y Alexandr Melamid dice así: "Todo el mundo debería probar, por lo menos una vez en la vida, a mezclar el helado de chocolate con filetes de arenque levemente salados".

¿Y cómo son los cerca de doscientos haikus que van envueltos en este más o menos lúdico y más o menos gratuito excipiente? Pues hay de todo. Ya se nos advierte en el epílogo que "sin renunciar a un riguroso molde estrófico, tiene el rensaku, frente a otras composiciones poéticas, el acierto de solicitar del lector una tolerancia extrema ante los altibajos del recorrido, pues, de no darse éstos, falso queda el poema de raíz". Hay de todo, desde los sinsentidos ("te man ojoa/namaet jomaote/oe matoa") hasta las insignificancias:"Clase turista./Tras la obviedad, declama:/¡Taxi a la vista!".

En la nota de la contraportada, tras calificarse a Ullán como "el más arriesgado y hondo de los poetas españoles de la actualidad", se nos indica que nunca antes "había compuesto poemas tan líricos como los que contiene este libro". ¿Tan líricos? Abundan más las ocurrencias, ingeniosas o absurdas, que no parece haber sido sometidas a ninguna criba. De vez en cuando, en este libro que no anima a ser tomado en serio encontramos algo distinto: "Risa a raudales./Se anegaron los ojos/de mocedades". Con algo más de sentido autocrítico, con algo menos de demorada autocomplacencia, Amo de llaves podría haberse reducido a media docena o incluso una decena de excelentes haikus. Lo que no es poco, aunque no sé si basta para considerar a su autor "el más arriesgado y hondo de los poetas españoles de la actualidad".