Poesía

Versos de Suabia

Carlos Pujol

2 febrero, 2006 01:00

Carlos Pujol. Foto: Quique García

Pre-Textos. Valencia, 2005. 65 páginas, 11 euros

El viaje no es sólo una antigua metáfora de la escritura, sino también un tema clásico que, entre otros géneros, origina el cuaderno poético. Eso es lo que Carlos Pujol (Barcelona, 1936), reconocido poeta (Esta verdadera historia, Pre-textos, 1994, y La pared amarilla, Pre-Textos, 2002, entre otros) y traductor, nos ofrece en su nuevo libro, Versos de Suabia.

Bajo el pretexto biográfico -a boda que ha motivado el viaje y el encuentro con los nietos, que es motivo de celebración-, casi como regla de género, en la primera sección del libro no faltan las notas de sorpresa para el viajero -"por mi mirada pasa el mundo entero/ como un río de cosas y de gente"- ante las frutas españolas en el mercado, la observación de una "sonora turba de españoles", ante el contacto con otros paisajes, otra lengua que suena a "gozosos conjuros", otros hombres, que propician el descubrimiento de esa "Alemania feliz, suave sorpresa/ que esperaba escondida en el futuro". Y casi en cada poema Pujol anota esa meditación sobre el tiempo y la memoria permanente en su obra.

La segunda sección, "El poeta", bajo homenaje a Eduard Mürike, supone una reflexión sobre la poesía: "Las palabras no saben decir nada, / también suenan a nada", pero a la vez son las que "miden / el corazón", y se lee como espejo del propio quehacer poético, pues, pese a saber que "todo es ilusorio", nunca habrá de cesar de imaginar "unos versos inseguros/ para poder contarlo".

En "Matthias", la sección tercera, cede la palabra al nieto y sirve para ir dejando notas sobre la niñez, sus recuerdos imperecederos y una visión del tiempo como si fuese eterno, y todo ello funciona de nuevo como figuración especular del poeta. Así, la aparente sencillez de esta escritura, enriquecida por la continua meditación y el incesante desdoblamiento, da al libro la profundidad y universalidad a las que el autor nos tiene acostumbrados. Carlos Pujol vuelve a ser ese poeta "que en el fondo/ solamente ilumina lo sabido/ con humildes palabras". Como los buenos poetas.