Poesía

Resurrección

Manuel Vilas

20 abril, 2006 02:00

Premio J.Gil de Biedma. Visor. 124 págs, 8 e.

Cuatro años después de El cielo, un muy buen libro en el que ya se consolidaba con vigor una voz poética ineludible, publica Manuel Vilas (Barbastro, 1962) el que viene a ser su mejor logro hasta la fecha. Duro y tierno, sarcástico e intenso, corrosivo, vitalista y tantas otras cosas que estas líneas pueden sólo apuntar, el personaje arrollador desde el que habla el poeta plantea en los poemas de Resurrección una sugestiva y arriesgada propuesta poética y un estado de conciencia en el que nos reconocemos.

Dividido en siete secciones en las que se alternan poemas en prosa y poemas extensos de verso largo, Resurrección abre el ámbito de El cielo a un repertorio más exterior. Tanto en sus estampas urbanas -Zaragoza, Madrid, una Venecia nada venecianista, la Nueva York en la que desemboca el libro, etc.- como en los interminables recorridos que organizan la metáfora básica de este homo viator ("Estoy cruzando la tierra, le dice al gasolinero"), así como en su particular homenaje a la literatura y a la música de las que se ha nutrido, Manuel Vilas acierta a ser emocionante dominando una torrencialidad muy efectiva ("Toda esa gente en la que me convierto para no morir,/ para resucitar y reír y amar"); compone una crónica irónica de su generación en "vida española", satiriza ciertas solemnidades líricas de diverso pelaje y, sobre todo, desde la celebración y desde la denuncia, afirma un vitalismo vehemente que resulta decisivo y que encuentra su más amplia y matizada expresión en los nueve poemas de "Nueva York": "He sido muy feli z y os lego la vida./ Mañana resucitaré y me daré una vuelta por ahí./ Eh, mira, mira, ¿qué es esto? La vida. Es la vida".