Image: Canción de cuna y otros poemas

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Poesía

Canción de cuna y otros poemas

W. H. Auden

6 julio, 2006 02:00

W. H. Auden. Foto: Archivo

Traducción de Eduardo Iriarte. Lumen, 2006. 384 páginas, 14’50 euros

De los llamados poetas del "grupo de Oxford" es seguramente Auden (York, Inglaterra, 1907 - Viena, 1973) el que ha tenido una mayor resonancia, aunque el nombre de Stephen Spender, su compañero y en cierta medida maestro, no se queda a la zaga. A los dos les unió, además de sus años formativos y su afán viajero, la experiencia de la guerra civil española, en la que participaron como voluntarios. De hecho, los poetas del grupo evolucionaron, salvo alguna excepción, de las ideas marxistas hacia tonos y temas más metafísicos. Un momento crítico en la evolución vital y poética de Auden pudo ser el abandono de su país para fijar su residencia en Nueva York, pero quizá fuera su participación en la guerra de España la que estableciera un antes y un después en sus ideas y desengaños. De hecho, su conocido poema "España, 1937" revela las excrecencias de un tiempo sometido a las ideologías ciegas, que él denuncia con expresiones contundentes: "la autoritaria sombra de la libertad", el "asesinato necesario", el "derroche de energía", el "panfleto flojo y efímero" o la "aburrida reunión". Y cierra el poema señalando el camino hacia otra libertad: en el tiempo de la derrota, en el lugar de la Historia, la solución en un tiempo confuso que no admite el perdón es la "piedad".

Y es que cada escritor es hijo de un mundo y de unas lecturas, y ambos son los que pesan mucho en esta voz original y recia (aquí las huellas de un Hardy o un Graves), amiga de la reflexión y traspasada de una emoción contenida, o derramada en largos poemas de nada fácil resolución, pero a la vez expresivamente muy ajustada. Como señala muy bien Iriarte, el prologuista y traductor de esta abarcadora e iluminadora antología, lo que cuenta es el fin de "aspirar a la plegaria perfecta" que la poesía sea "un acto de resistencia frente al caos".

Como un gran friso de su voz ya madura -no olvidemos que están escritos entre 1935 y 1939- se despliega ese poema de poemas que son las "Doce canciones". En ellas, el autor entabla con sus palabras un combate entre lo temporal y lo intemporal, entre historia e intrahistoria. Un ejemplo modélico en este sentido es la canción IX ("El blues de la muralla romana") en el que la anécdota de este poema engañosamente historicista se ve rebasada fecundamente por la anulación de los tiempos concretos. Parece que el escritor escribe a la ligera y que el humor es la base del poema, cuando hay en éste una carga simbólica y un desenlace plenamente metafísico.

En el final de la convulsa década de los años 30 escribe otros poemas que suponen ya la consolidación absoluta del poeta que es Auden, como la "Canción de cuna" (el poema que da título a la antología) y sobre todo "Carta de Año Nuevo". El poema largo supone una prueba o una tensión nada fácil de conducir con acierto hasta el final, pero Auden lo hace con extremada sabiduría, debatiéndose bajo una lluvia de ideas y de conceptos, sorteando las noticias de la historia inminente (la situación de los judíos, la "noche de los cuchillos largos"), pero buscando "alivio" con su palabra para él y para el mundo. El idealismo poético ("los Buenos oficios del verso") siempre acaba siendo la gran solución no sólo para el poeta sino también para los demás humanos.

Auden somete a su caudalosa voz a pruebas aún más extremadas en el poema "El mar y el espejo", al que le atribuye el carácter de "fragmento". Pero lo importante es su mensaje, que el autor aborda ágilmente desde el coloquialismo del arranque. Una piedra caliza, un cementerio, la niebla, son cantos a la concreción aparente, pero traspasados en el fondo por un inteligente afán de ir más allá. Estamos ante el poeta verdadero, representado por algunos de sus más bellos y complejos poemas, cuidadosamente escogidos y trasladados a nuestra lengua.

1 de septiembre de 1939

Estoy sentado en uno de los garitos

de la calle Cincuenta y dos

indeciso y asustado

mientras expiran las taimadas esperanzas

de una década mezquina y fraudulenta:

oleadas de furia y miedo

circulan por los países brillantes

y ensombrecidos de la tierra,

obsesionando nuestras vidas privadas;

el innombrable olor de la muerte

ofende la noche de septiembre [...]