Image: Cruz y delicia. Extrañezas

Image: Cruz y delicia. Extrañezas

Poesía

Cruz y delicia. Extrañezas

Sandro Penna

29 marzo, 2007 02:00

Sandro Penna y Pasolini

Trad. y pról. Edgardo Dobry. Lumen. Barcelona, 2006. 363 páginas, 15 euros

En alguna otra ocasión he aludido a la "losa" que supuso, para la poesía italiana que vino tras él, la obra de Gabriele d’Annunzio. Los grandes poetas italianos del XX buscaron, con no poca dificultad, caminos nuevos para nuevas poéticas, desde la intensidad de Quasimodo al hermetismo de Montale, de la sensualidad de Cardarelli a la síntesis de Ungaretti, o al testimonio social de Pasolini. Con todos estos poetas tiene levemente algo que ver la poesía sintética y a la vez llena de contenido de Sandro Penna (Perugia, 1906-Roma, 1977). Penna representa al máximo ese afán de alejarse radicalmente de la retórica d´annunziana, pero sin renunciar a esa pizca de imágenes deslumbradas que son las que -más allá del tono meditativo- le proporciona fulgor a su poesía; huyendo así ésta, con su sabrosa brevedad, del simplismo plano y manido, de la impotencia creadora.

Luis Antonio de Villena fue el que avanzó entre nosotros la poesía de Sandro Penna, y a sus versiones primeras de 1979 siguieron las de Visor(1992) y Huerga y Fierro(1995). Luego, el propio Villena amplió el campo de su visión en otros ediciones de 1993 (Universos), 2002(Pre-textos) y en el volumen, por mí recopilado, Antología esencial de la poesía italiana (Espasa Calpe, 1999). Por sus dimensiones -dos largos libros completos- esta edición de Lumen viene a completar de manera sobresaliente la visión en español de este sugestivo y original poeta. La obra de Penna está llena de guiños a los ya citados poetas del siglo XX, pero también a otros clásicos del ayer o del hoy (Catulo, Dante, Leopardi, Cavafis) y, por supuesto, a los líricos y epigramáticos grecolatinos, en los que la poesía del autor de Cruz y delicia y Extrañezas busca el molde o esquema para sus poemas, pero siempre para enriquecerlos.

Ya hemos apuntado la característica primordial de este poeta: esa concisión que deslumbra, esa brevedad que sugiere (y dice) muchas cosas, esa directa reflexión sobre la soledad y el erotismo. El ser de estos poemas "centro / se vuelve del universo", pero sin rehusar esa pátina que hace del autor un ser de nuestro tiempo. A la vez, estos poemas-instantáneas poseen una dimensión que desborda, afortunadamente, la anécdota que los mueve.

También tienen algo de gema, pues en su llaneza no faltan los fulgores. Se trasciende igualmente la lectura meramente homoerótica -con ser primordial en esta obra- para ofrecernos, con un delicado lirismo, a la humanidad.
Los alrededores de las ciudades, los cafés, el mar, la naturaleza y sus estaciones, las "oscuras habitaciones", son los ámbitos en los que el poeta va entreabriendo esas grietas luminosas que son sus poemas, de los que fluye el "oro colado" de las palabras estrictamente necesarias. Un simple objeto -una bicicleta, una taza- son los elementos que desencadenan el microcosmos poe-mático. Hay en Penna una luminosidad que lo distingue y que emana de la sincera experiencia de ser. En uno de sus poemas, ironiza sobre la idea de que pueda ser un poeta "exclusivo del amor". Deseaba, quizá, liberar así a su poesía de la fácil interpretación y darle esa dimensión universalizada. Porque, añade él, "el viento aquí sobre la hierba / y los ruidos de la ciudad lejana, / ¿acaso no son también amores?". Al fondo de sus poemas, clama una hondísima necesidad de silencio; ese silencio al que cualquier poeta exigente se ve arrastrado de continuo. En busca de ese silencio, de la paz, el poema se va adelgazando. En el "alto verano nocturno" y frente a las ventanas "llenas de vida familiar", "mi silencio / entre las ramas oscuras".

EL VIAJE

Sobre costas desoladas batía

el luminoso mar. En lo alto, leves

pueblos: leves despojos bajo el sol.

(Bajo el mismo sol de los antiguos

habitantes). Me siento en la taberna

de la ciudad nueva. Entro donde el sol

brilla sereno sobre los objetos, y sonríe

el viejo mendigo a su perro joven.