Image: Marea humana

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Poesía

Marea humana

Benjamín Prado

5 abril, 2007 02:00

Benjamín Prado. Foto: Alberto Cuellar

Premio Internacional Generación del 27 Visor, 2007. 92 págs, 8 e.

Este libro se presenta como un repertorio de tipos humanos, la mayor parte de ellos poseedores de una tara moral: la rencorosa, el avaro, el terrorista, el traidor, etc., casi un nuevo catálogo de pecados capitales, que da lugar a versos certeros (como "pero la cobardía / sólo oculta canallas" en "El traidor", o "En las gasolineras / se funden los glaciares" en "El ecologista"), de manera que se habla aquí desde un fondo donde resuena el fustigat mores de la sátira clásica sin que por ello se caiga en un moralismo que resultaría anticuado, lo que además se evita por un lenguaje poético eficaz, con metáforas sorprendentes como "morder una canción en la naranja", por supuesto, desde una posición ideo-lógica que no resulta difícil compartir por los valores que directa o indirectamente se defienden y que vienen a dar a Marea humana un tono político, dicho sea en el mejor de los sentidos, y el hecho de que en los textos queden inscritos los nombres de Lorca, Cernuda, Neruda o Machado (continuando en "El derrotado" los versos que éste llevaba en el bolsillo a su muerte) colabora a precisar su coloración. Otros de los tipos vienen a ser modelos, como el ecologista o el optimista y, sobre todo, el enamorado, que, además de que ocupa la parte central del libro, constituye toda una sección de éste con hasta ocho poemas, con versos que declaran lo que el amor tiene de continuidad de los cuerpos y de la vida: "en mis manos / terminan las líneas de tus manos".

Con Marea humana Benjamín Prado (Madrid, 1961, también narrador y articulista) continúa una obra poética de verdadero interés. Aquí la unidad de conjunto señalada va de la mano de variedad en la voz poética, lo mismo que la versificación, y todo con una dicción que, sin ofrecer especiales dificultades de lectura, es siempre imaginativa en las situaciones y la figuración de la palabra. Pese a que en "El enamorado" se lee que el personaje, cumpliendo el tópico de lo inefable del amor, se "adentraba en la jungla negra del diccionario / para luchar con verbos venenosos / nombres llenos de púas / adjetivos salvajes que siempre se escapaban, / que siempre me vencían", hay más bien una facilidad de escritura en la poe-sía de Prado, que redunda en el placer de la lectura.

Escritura pensada como tarea inacabada, y habrá que recordar el ars longa, vita brevis, tal como se dice en "El poeta": "cada poema trata / de lo que no ha logrado el poema anterior" y, sin embargo, también ese poema era, en verdad, poesía. Porque Benjamín Prado nunca decepciona a sus lectores.