Poesía

El corazón cruel de la ceniza (Antología poética 1975-2006)

Javier Villán

14 junio, 2007 02:00

Prólogo de Jaime Siles. Calambur Barcelona, 2007. 325 páginas, 18 euros

Son nada menos que doce libros, uno de ellos inédito, los representados en esta antología de la poesía de Javier Villán (Torre de los Molinos, Palencia, 1942), a quien además se deben varias otras publicaciones de narrativa y que ejerce también como crítico taurino y de teatro. Y completa el volumen una selección de las reseñas que en su momento se publicaron.

Se trata, pues, de un libro de libros que pone de relieve la gran variedad de escrituras que conforman la producción de Villán, tanto en lo que se refiere a los asuntos como a las formas. Y si bien lo más característico es el verso libre y en no pocas ocasiones con una cierta diseminación dispositiva, están también los libros de sonetos, donde hay que resaltar que elpoeta muestra una singular pericia, y Memoria de insomnios, que es caso aparte al ofrecer combinaciones de prosa y verso, forma ésta de una rara originalidad, síntomas además todos ellos de una personalidad poética que se despreocupa de las modas y responde sólo a sí misma.

En cuanto a lo que se refiere a aquello de lo que se habla, Parábolas palestinas o Sonetos de la impostura son marcadamente políticos, aunque difieren en el tono: de denuncia más tradicional el primero, mientras que la coloración del segundo es lo burlesco y, al dibujar tipos generales, sus pinturas siguen siendo actuales y de poderosa comicidad. No falta la temática taurina ni lo amoroso, y destacaré Indicios y desmemorias, donde se medita sobre la construcción del individuo o la muerte, sobre la condición humana, algo que se continúa en Memoria de insomnios, en el que también tiene su lugar la enfermedad, sin caer en ningún momento en patetismos.

En conjunto, El corazón cruel de la ceniza resulta una escritura sellada siempre por una exigencia moral, sin vanidades ni banalidades, que abarca a lo social y a la desazón, o la perpejidad, de ser y siempre evitando la grandilocuencia. La relectura, o lectura de esta obra, a la que acompaña un excelente prólogo de Jaime Siles que la sitúa en la poesía contemporánea y resalta sus valores, debería provocar un nuevo lugar para ella, injustamente ausente de las antologías generales y sin la atención de los estudios académicos que merece. Porque lo que es indudable es que aquí hay una auténtica voz poética y una resonancia moral de elevada talla.