Image: Casa en construcción

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Poesía

Casa en construcción

José M. Benítez Ariza

1 noviembre, 2007 01:00

José M. Benítez Ariza. Foto: Archivo privado del autor

Prólogo de F. Benítez Reyes. Renacimiento, 266 pp., 10 e.

La sencilla metáfora de una casa en construcción acoge el centenar de poemas que José Manuel Benítez Ariza (Cádiz, 1963) ha seleccionado para este "itinerario poético" de casi un cuarto de siglo, aproximadamente la mitad de los que componen su obra poética y entre los que se incluye una veintena de textos recientes inéditos en libro. El criterio orgánico con el que el poeta ha armado esta antología da cuenta del carácter unitario y abierto que tiene su concepción de la poesía propia: varios núcleos de sentido complementarios cuyos títulos resultan lo bastante explícitos sobre su contenido y en torno a los cuales se reordenan viejos y nuevos poemas dando nuevas posibilidades de lectura y quedando como "cuadernos abiertos y en constante reelaboración", como señala el autor en la nota final.

Tras los tercetillos del poema "Bitácora", que presenta este itinerario con aire irónico y sentenciosidad machadiana -aunque no en la línea sobria habitual de Ariza-, tres secciones progresivas con el título común de "Geografías" sirven de marco estructural al conjunto y remiten a los diversos espacios cuya realidad concreta establece la base material para la sugestiva forma de indagación en la extrañeza de lo real tan característica de este poeta, particularmente en las densas impresiones de paisaje de Cuaderno de Zahara (2002) y Cuatro nocturnos (2004), los libros que forman lo último y mejor de su poesía y a los que se añaden algunos como "Perros", "Nocturno", uno de los poemas nuevos que prefiero.

En torno a los tres núcleos centrales, "Biografía", "Las amigas" y "Al margen", la selección que nos propone Benítez Ariza recorre las distintas facetas temáticas de su escritura. En "Biografía" la clave principal es la mirada desmitificadora con que se recuperan el falso paraíso de la infancia o la adolescencia con la voluntad de protegerse contra los engaños del presente. Tierno, lúcidamente irónico, el conjunto de poemas amatorios que reúne "Las amigas" remite a ese cancionero ideal de corte petrarquesco que el autor ha ido desgranando en sus libros y que añade ahora varios hermosos poemas de amor, tiempo y conocimiento en los que la sentimentalidad sirve de apoyo más estable que las certidumbres, como muestra la demorada andadura y la intensidad de "El silencio".

No sin una nota de humor dice el poeta que en "Al margen" ha reunido "esos poemas de mirada distanciada que me han creado cierta reputación de poeta analítico y frío, pero que no son sino el complemento necesario de los poemas más circunstanciados, la decantación última de lo que se debate en ellos". No son estos, con todo, los poemas donde se dé más genuinamente lo mejor de la poesía de Benítez Ariza, por más que afloren en ellos más desnudas algunas claves de la visión y de la poética: lo que en su detallado prólogo llama Felipe Benítez Reyes "la armonía compleja entre la ironía y la desolación", la "intensidad de la sugerencia", es más eficaz y más potente en los otros tipos de poemas, ya sea en los que abordan directamente la reflexión recelosa sobre el sentir y el existir o en los poemas descriptivos en los que el simbolismo de la naturaleza potencia la indagación en la perplejidad o en la sospecha, la busca de una cierta dignidad en el sinsentido. Son estos el territorio donde Benítez Ariza ha encontrado el mejor lugar y los mejores materiales para construir esta casa de palabras en la que habita, según Benítez Reyes, "la identidad de un hombre que busca su identidad".