Poesía

Otras voces

Julio José Ordovás, Fernando Díaz San Miguel, Lorenzo Oliván y Luis Alberto de Cuenca

18 diciembre, 2008 01:00

Dice Julio José Ordovás que "las mujeres, como los dioses, son una invención del hombre". Es nuestra lucha: no creernos los estereotipos que la misoginia urde para (contra) nosotras. Los 34 poemas en prosa de Nomeolvides (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2008) intentan esquivar no sólo la humillación, sino también la sublimación de lo femenino. "Carmen le ha dicho a su sicólogo: tengo un marido gris ceniza. Y le ha dicho también: he entrado en una niebla borradora. Carmen no es poeta. Es una ama de casa". La batalla continúa.

"Dos cuerpos son lo mismo que dos almas. […] Y si el alma no existe da igual, porque hay algo aquí dentro que duele, y sangra, y sonríe, y es solamente mío". Ese algo solamente mío es SóLO ciertamente suyo. Transcripción poética de una mente pensante, Agosto (Amarú, 2007) encauza el flujo de conciencia de Fernando Díaz San Miguel en su lucha contra el peor de los dragones: uno mismo. Poesía hermética, pero nunca excluyente. De autoafirmación, que no egolatría.

Es ley de arte: cuando la poesía se vuelva cárcel, múdate al aforismo. Cómodo en prosa y verso, Lorenzo Oliván redecora Hilos de nadie (DVD, 2008) con haikus ("¿Que qué secreto / encierra el horizonte? / Tiempo hacia adentro"), imagismo ("Con que hermosura la piel cubre la sangre, los huesos o las vísceras. Es difícil pensar en más amor") y humor ("Cuando a un necio se le enciende la lucecita de una idea en la cabeza, siempre cree que deslumbrará"). De cómo curar la herida poniendo el dedo en la llaga.

"Los reyes se enamoran de sus hijas más jóvenes". Cualquier antología que incluya este verso merece una signatura de neón en la biblioteca de Babel. Hola, mi amor, yo soy el lobo… y otros poemas de romanticismo feroz (Rey Lear, 2008) es la memoria del Luis Alberto de Cuenca de mirada más limpia y pensamiento más turbio. Echamos de menos Mi monstruo favorito, pero la criatura sigue siendo de preternatural belleza. Freud, analiza esto.