Image: Los oscuros leopardos de la luna

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Poesía

Los oscuros leopardos de la luna

José María Álvarez

25 marzo, 2011 01:00

José María Álvarez

Renacimiento. 2011. 94 pp.


Ya desde el título este nuevo libro de José María Álvarez (Cartagena, 1942) muestra que sigue siendo en lo esencial el poeta imaginativo, esteticista y mitómano que diera a conocer Castellet en Nueve novísimos poetas españoles, y uno de los mejores de aquella discutida selección. Al mundo poético tempranamente consolidado en la primera edición de Museo de cera -que fue acogiendo orgánicamente los nuevos libros de Álvarez hasta la edición, definitiva en principio, de 2002-, le han seguido Sobre la delicadeza de gusto y pasión (2006), Bebiendo al claro de luna sobre las ruinas (2008) y este último Los obscuros leopardos de la luna, que se mantienen fieles a la actitud ante el mundo y ante la escritura que ha caracterizado al poeta en las últimas décadas,en particular desde la publicación del gran libro que es El botín del mundo.

Se comenzaba a apreciar en éste cómo la presión de la temporalidad y el desengaño social acentuaban decisivamente los tonos sarcásticos, la provocación moral, el refugio imaginativo en la exaltación de los sentidos, de la biblioteca y del erotismo. Todos estos elementos alcanzan en los poemas del último libro una especial tensión expresiva y una elevación del tono que, junto con el incremento de los elementos irracionalistas, hacen del conjunto uno de los más intensos, violentos y elitistas del autor. Al homenaje renovado a sus escenarios míticos -Venecia, París, Alejandría...- y a tantos autores, de Homero a Shakespeare, a Kavafis o a Cioran, se suma la suite de poemas de desbordante lubricidad que homenajean a los clásicos de la Antología Palatina al tiempo que instalan la consagración sin límites del sexo, recordado o deseado, en el centro de la evocación general que opera en todo el libro como motor de la elegía. Así, en "Sirenas de burdel (Pastiche de Rufino)", se alían el guiño literario, la nota canalla y el humor: "¿Cuál elegir de las tres cortesanas?/Me acordé de Paris, lo que aquel Juicio trajo./Las tres, las tres, pagaré lo que sea, /deje, pero las tres".

Lo provocativo que puede haber en estos poemas, manifiesta una faceta más de la disidencia radical que, en otros textos de un carácter moral sui generis, el personaje de Álvarez enfrenta a la realidad contemporánea con otros tonos que denuncian el deterioro moral, que satirizan el imperio de la frivolidad, el desprecio hacia el ciudadano por parte de quienes lo gobiernan y, en último término, el imperio de la incultura.

Frente a todo esto, que cunde a lo largo del libro, debe destacarse el "Panegírico de Nina Gaguen-Turn", un magnífico poema sobre la dignidad frente a la tiranía. Sin embargo no sorprende que Álvarez, en su línea de siempre y recurriendo a lo que nos cuenta Tácito del emperador Vitelio, titule con claridad uno de sus poemas más provocativos "Expresa su condena de todos los actuales políticos del mundo con especial desprecio por los españoles (y obviamente, condena extensiva a todos los aspirantes a la Depredación". Hay, sin duda, elitismo y desprecio en muchos de estos poemas críticos del autor, siempre extremoso en su desafío a la realidad constatable, pero muchos de sus versos resultan compartibles: "¿Sabes lo que querían aquellos intelectuales?/ Ser respetables./ Quiero decir, que hablasen de ellos,/ que los estimasen/ los mandarines miserables de la Cultura./ Y dinero".