Image: Poemas de amor

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Poesía

Poemas de amor

Darío Jaramillo Agudelo

25 octubre, 2013 02:00

Visor. Madrid 2013. 98 paginas. 19'90 euros

La poesía amorosa es tan antigua como la poesía misma, pero escasos, aunque significativos, son los libros dedicados en exclusiva al amor (Neruda, Salinas, Sabines). El libro del poeta colombiano, nacido en Santa Rosa de Osos (Antioquia) en 1947, utiliza el título del libro como una provocación. Cabe decir que se ha convertido, desde su publicación en 1986, en uno de los libros poéticos más divulgados en Hispanoamérica con dieciséis ediciones, siendo ésta la primera en España. El excelente prólogo de Luis García Montero resume a la perfección el significado del poemario que va más allá de su enunciado. El autor dividió el volumen en varias partes: Poemas de amor, Escenas de la vida diaria (o Historias, 2), De la nostalgia y Colección de máscaras.

Sin duda, ha acertado en la calificación de la sección primera. Desde el inicio manifiesta la presencia de la alteridad en el juego identitario/ amoroso: "Ese otro que también me habita /…/ese otro,/ también te ama". Anclado en la realidad cotidiana y en el lenguaje oral transmite el camino que ha de conducirnos de la soledad a la fusión.

El poeta juega con el tiempo pasado y presente, pero el amor, que es presencia, puede convertirse también en recuerdo. Los poemas que integran la segunda parte del libro, aún manteniendo el tono amoroso, están más cerca de determinadas experiencias en las que el amor se extiende ya al hermano en poemas memorables como Álbum de fotos, donde precisa incluso la fecha y el lugar: "Tánger, enero 14 de 1977/ El tiempo detenido, Germán sonriendo/ en una foto cada vez más amarilla/…". Bien podría formar parte de la serie que encierra bajo el epígrafe de "De la nostalgia", porque campea en todo el conjunto. No es un sentimiento delicuescente, sino una actitud vital, donde cuenta los desengaños de la experiencia. Preside el recuerdo y el amor perdido.

Juega también su papel la nostalgia de un momento vital, pero Jaramillo descubre en la palabra misma un determinado vacío: "cada cosa que hoy es nada,/ y aún menos que nada/ si es palabra". El proceso hacia un radicalismo desengañado se quiebra en ocasiones ante un presente gozoso: el paisaje o el encuentro con un amigo, aunque el poeta identifica ya al otro que contiene como 'un demonio'. Por todo ello no resultan inútiles los poemas de la última sección, dedicados a las lecturas y a los personajes literarios que configuran otras voces ejemplares que le sirvieron al poeta. Porque también los poetas son lectores. Destaquemos Platón borracho. Poemas de amor es, pues, un libro que va más allá de la experiencia amorosa, aunque ésta resulte su esencia.