Poesía

Syntaxis, una aventura creadora

Alejandro Krawietz (ed.)

13 junio, 2014 02:00

Tenerife Estadio de las Artes, 2014, 281 páginas, Lo mejor de ambos mundos, Ignacio Peyró (Ed.). Renacimiento. 287 páginas, 18 euros

Si es verdad que, como afirma el editor del catálogo que recuerda la andadura de la revista canaria Syntaxis (1983-1993), "las revistas de arte y literatura han desempeñado un papel decisivo en la creación de contextos culturales modernos y en el desarrollo de las ideas estéticas", también lo es que ese rol suele ir unido a un designio combativo. Las revistas influyentes no sólo lo son por lo que defienden, sino por aquello contra lo que se erigen. A Syntaxis el tiempo le ha dado la razón en algunas cosas: el proyecto cultural "posmoderno", contra el que se alzó, tuvo poco recorrido y de él casi sólo queda el recuerdo de unas cuantas salidas de tono. No es poco para quienes lo vivieron y tal vez recuerden que, mientras en Madrid y otras plazas influyentes triunfaba aquella revolución contra los falsos ídolos de la "gran cultura" inmediatamente precedente, en Canarias se alzaba este bastión empeñado en recordar que la obra cultural de la modernidad no estaba concluida. Lo curioso es que esta valiente apuesta, pilotada por Andrés Sánchez Robayna, se acogía a patronazgos estéticos tan heterogéneos como contradictorios: la "gran tradición" reivindicada por Harold Bloom y la discontinuidad que T. S. Eliot, la bestia negra de Bloom, apreciaba en esa tradición… Pero nadie va a juzgar una revista por lo contradictorio de sus fundamentos, sino por su capacidad de explorar alternativas. Y desde ese punto de vista, el logro de Syntaxis parece hoy más sólido que nunca.

En un contexto muy distinto hizo su recorrido la revista digital Ambos Mundos (2012), editada por la UNIR y dirigida por Ignacio Peyró. Y aunque entre sus colaboradores figura alguno que también lo fue de Syntaxis, el tono general de su logro supone una puesta al día del legado posmoderno: de esa otra cultura que quedó parcialmente eclipsada por las vociferaciones de los grandes mentores ideológicos y estéticos del siglo anterior. A esa otra tradición soterrada, tan individualista y artesanal como liberal, pertenecieron Pla y Solana, Carnicer y Pujol, Mandelstam y Modiano; así como, en terrenos considerados tangenciales a la "gran cultura", el diseñador Diego Lara o el fotógrafo Bartolomé Ros. Las semblanzas individuales conviven con los panoramas sobre aspectos olvidados de esa modernidad soterrada, como el que Juan Bonilla traza sobre el "runrunismo", un movimiento chileno de vanguardia, para terminar con un artículo de Jorge Bustos cuyo título es una declaración de principios: "Liberen a Tarantino de las garras de Hannah Arendt".