Retirada
Pureza Canelo
22 marzo, 2019 01:00Foto: Diputación de Cáceres
Digámoslo pronto: pocas voces más singulares en la poesía contemporánea escrita en español que la de la extremeña Pureza Canelo (Moraleja, 1946). Responsable de la Fundación Gerardo Diego, ganó con veinticuatro años el premio Adonais y desde entonces su obra ha ido creciendo hasta convertirse en una de las más inconfundibles y genuinas del panorama. Gracias a libros como Celda verde, Lugar común, El barco de agua, Pasión inédita, Dulce nadie, A todo lo no amado y Oeste. En Cuatro poéticas reunió Habitable, Tendido verso y No escribir (más Tiempo y espacio de emoción), entregas que constituyen una línea central de su poesía: la que reflexiona sobre la propia tarea de escribir. En esa misma dirección de índole indagatoria y metapoética se sitúa Retirada, que agrupa poemas en prosa y, en apariencia, sin título, hasta que en el índice se comprueba que lo tienen. En el primero se pregunta "¿Qué será Retirada?", y responde: "Un volver sobre lo vivido y lo escrito, hincada en el adiós".Escrivivir, diría Ponç Pons. Fervor, Zagajewski. La poesía, en suma: "mi refugio". Una pasión y una consigna: "de la vida a la palabra, de la palabra a la vida". "Contarlo: he estado aquí", de eso se trata.
El libro "nació sin brújula", confiesa, "para no ser publicado". Tal vez por eso avanza resuelto y en libertad. Su lenguaje (lo fundamental aquí), más incisivo que seco, desprovisto de retórica, no repara en otra cosa que no sea un discurso que gravita sobre tres claves: esencialidad, claridad y profundidad.
Allí, la memoria y el olvido, la infancia, una casa de hiedra y la madre, el atardecer y su melancolía... Pero sobre todo, ya se dijo, la meditación acerca del misterioso acto creativo. Consciente de sus límites: "no puede con lo incalculable de la esfera", "son mis años que enfilan aturdimiento, desposesión, vejez". Contra el ego ("deficiencia perenne") y el reconocimiento. Frente a ellos se alza esta suerte de expiación con aires de recuento y despedida donde no falta la más dura autocrítica: "Si supieran que dudo de mi capacidad de escritura"; "Arenas movedizas la escritura", "juego suplicante y transitorio". Canelo afirma: "En retirada creceré, lejos de los años perdedores". "Creo en la retirada". Sin olvidar que la poesía "es el sin vivir mío, la que mueve todo anhelo". Qué sabia lección de permanencia.