Primera palabra

Cómo se hizo la gramática de la lengua española

17 octubre, 1999 02:00

Si el lenguaje es nuestro territorio natural, lo que nos constituye y distingue como seres humanos, la gramática es la clave de esa capacidad constitutiva. Sus mecanismos, sus reglas, sus principios, nos guían, sin que lo sepamos y, mejor, sabiéndolo, en la compleja tarea de conocer y usar una lengua. Por ello, desarrollar una gramática es hacer la radiografía de la lengua estudiada, recorrer sus intersticios, analizar su arquitectura, atisbar sus posibilidades y su profunda armonía en medio de un torrente aparentemente diverso de formas, sonidos y significados. Quien se aboque a tal labor no puede sino apasionarse con ella.

La Gramática Descriptiva de la Lengua Española que se publica en la colección Nebrija y Bello de la editorial Espasa Calpe, patrocinada por la Real Academia Española (será presentada en la RAE el próximo día 20), y cuya dirección hemos tenido a cargo, es fruto, como casi toda obra humana, del azar convenientemente dirigido, la necesidad y la oportunidad. El azar es que coincidiéramos en la idea de trabajar en este empeño dos personas tenaces y voluntaristas. La necesidad vino determinada por la eclosión de trabajos gramaticales a lo largo de las tres últimas décadas -de modo que sintetizar sus resultados y organizarlos en un nuevo tratado era prácticamente obligado-. La oportunidad fue que un grupo de excelentes estudiosos aceptara nuestra coordinación, y la Fundación Ortega y Gasset, en su Instituto Universitario, acogiera intelectual y administrativamente nuestro proyecto.

El español, una de las grandes lenguas de cultura, razonablemente encaminada ya a ser también lengua de la comunicación y acaso de la ciencia, necesitaba este esfuerzo de sistematización de los avances en su estudio y comprensión. Han sido seis años de un arduo trabajo de planificación primero, y coordinación, revisión y corrección después. Concebíamos una obra colectiva (no podía ser de otro modo dado el alto grado de desarrollo de la investigación gramatical) pero con voluntad de unidad; descriptiva y con ansia de transparencia pero sin eludir, como fondo invisible, las observaciones de los estudios más avanzados; y extremadamente detallada en las clasificaciones, caracterizaciones y ejemplificación sin llegar a ser monocorde o escolástica. Para conseguir la unidad en el mejor grado posible procuramos fijar un vocabulario neutral teóricamente y preferiblemente de dominio común y, mediante remisiones e indicaciones internas, guiar al lector de unos lugares a otros o decirle qué es lo básico y qué lo complejo o secundario. Para buscar un tono expositivo sobrio y comprensible establecimos unas normas de estilo.

Iniciamos la tarea en 1993 elaborando un índice general de la obra e invitamos a participar a especialistas de España, otros paises europeos, Hispanoamérica y EEUU, y contrastamos también los índices parciales. En la fase intermedia, los directores leímos todos y cada uno de los capítulos, hicimos informes y solicitamos revisiones y segundas versiones cuando hizo falta. En la tercera etapa construimos los índices terminológico y de voces, más de 10.000 indicaciones, (con la colaboración de M. Victoria Pavón), establecimos el rango explicativo de las diversas partes de los capítulos (los cuerpos de las letras, en efecto, distinguen entre cuestiones fundamentales y menos centrales, y la bibliografía se presenta sobre todo en las notas a pie de página), revisamos una vez más detalles de precisión terminológica y expositiva, construimos la bibliografía general (paralela a las parciales de cada capítulo) y trabajamos en la construcción de esa especie de hipertexto que conforman las remisiones o referencias cruzadas: estas permiten al lector acceder desde cada punto a los apartados en los que se amplía el concepto o se analiza desde otro punto de vista. Es un tratado hecho a mano, con prolija observación y atención a todos sus aspectos.

Como resultado, y para hacer una caracterización aséptica, la Gramática Descriptiva de la Lengua Española es la obra de consulta más detallada publicada hasta la fecha sobre la sintaxis y la morfología del español. Esta gramática, que no es teórica ni tampoco normativa, constituye una descripción minuciosa de la estructura de nuestra lengua en la que tienen igualmente cabida los análisis tradicionales y las aportaciones modernas. La obra se apoya en una amplia bibliografía, pero a la vez se presenta sin aparato formal alguno. Ha sido preparada por más de setenta especialistas y se dirige al numeroso conjunto de profesores, estudiantes e investigadores que mantienen alguna relación profesional con el idioma español en los múltiples ámbitos que abarcan su estudio y su enseñanza.

La GDLE tiene precedentes. En los últimos años, en efecto, se han publicado gramáticas colectivas del inglés, del italiano y del holandés, y se han iniciado proyectos análogos para otras lenguas europeas. Son gramáticas extensas que presentan, con mayor detalle que cualquiera de sus predecesoras, la sintaxis y la morfología de esos idiomas. Son estrictamente descriptivas, pero analizan las estructuras gramaticales aprovechando los recursos que proporciona la enorme bibliografía lingöística publicada en los últimos treinta años. Son colectivas, aunque están elaboradas con criterios comunes muy específicos. En el proyecto que hemos dirigido hemos querido aplicar a nuestro idioma estas directrices.

Además del interés que su contenido específico, lingöístico y gramatical, pueda poseer y de su posible influencia sobre trabajos relacionados con nuestra lengua, cuestiones que no nos corresponde a nosotros juzgar, creemos que esta obra constituye también la manifestación de otra manera de trabajar en las humanidades, supuesto destino de solipsistas y genios individuales. Pone asimismo en evidencia la posibilidad de integrar -absorber o traducir- resultados de marcos teóricos diversos, a veces profundamente diferentes en sus objetivos, pero que, si son reveladores y están rigurosamente obtenidos, pueden combinarse perfectamente en un cierto nivel de exposición y explicación.

Violeta Demonte
Ignacio Bosque
de la Real Academia Española