Jardiel o el arte de la risa
Jardiel Poncela, por Gusi Bejer
Igual puede pensarse que las cosas son al revés de lo que dice el título de este artículo: que el teatro es un arte -una de las bellas artes-, y que la risa no es sino una pulsión instintiva y primaria; pero no es eso lo que pensaba Enrique Jardiel Poncela, para quien -como algunas veces me dijo- la comicidad apareció como un producto muy evolucionado de la cultura, mientras que lo teatral había formado parte del hombre primitivo en sus más arcaicas expresiones: el ser humano había nacido, pues, como un ser teatral no especificado, que, con la evolución, acabaría siendo un ser ridículo (que hace reír a los otros) y risible (capaz de reírse de los demás).Es seguro que ha hecho falta mucha historia humana -decía Jardiel- para que el hombre trágico llegara a ser, por fin, un hombre cómico. Era por fin la cúspide en la que aparece este animal superior, parlante, político, ridículo y risible, cuya condición ningún otro animal puede disputarle. La tragedia -añadía- es un producto primitivo; mientras que la comedia es un efecto muy fino de las culturas evolucionadas.